Justo a medio camino entre lo que debería ser -el imperio de la Ley y la certidumbre en todas y cada una de las relaciones sociales- y el caos, se encuentra el desorden y eso es precisamente lo que priva hoy en el país. Y si fuese posible lamentar un elemento adicional, a nuestra realidad, tendría que ser el hecho de que son precisamente los que nos gobiernan, los que alimentan los problemas.
Por si no resultara suficiente que el presidente Fox abriera de par en par las puertas para que todos los gobernantes realizaran actividades proselitistas a favor de sus respectivos proyectos, agendas y delfines (en suma, elecciones de Estado), en Coahuila, la precampaña priista da muestras, excesivas e innecesarias, de lo que ocurre cuando no hay árbitro.
Para Vicente Fox no existe ningún problema o inconveniente, en que la máxima autoridad en el país, realice actividades de franco proselitismo político; se trata de promover las bondades de un proyecto, que según su muy particular óptica, ha resultado algo así como la panacea para todos los males de México. Lo único que falta es tiempo, y por ello nada debe impedir que se le brinde desde Los Pinos, un hombro solidario al que resulte candidato del Partido Acción Nacional.
Pero ahí no termina: según Presidencia, todos los gobernadores y alcaldes pueden hacer lo propio, ya que es otro más de los detalles de la democracia. Parecen olvidar en Los Pinos, que los mexicanos tenemos amargas experiencias de lo que significa la aplanadora del Estado en un proceso electoral. Abrir esas ventanas nada bueno puede significar.
Y en Coahuila, la lucha del gobernador Martínez por conquistar la candidatura tricolor para la grande, parece alejarlo cada vez más de nuestros problemas, ciertamente no tan graves como en otras entidades, pero nuestros y que por ello preocupan y hasta alarman a los que aquí vivimos. La resulta de este penoso momento, tanto a nivel nacional como estatal, es simplemente el desorden, justo en medio de lo que todos deseamos y el caos. Sólo queda estar al pendiente hacia cuál extremo se carga nuestra realidad en las próximas semanas.