EFE
BRASILIA, BRASIL.- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, agarró finalmente ayer por los cuernos al toro de la corrupción y destituyó a los responsables del Correo y de otro organismo público que constituyen el foco de sonados escándalos.
La decisión fue anunciada después de una reunión de Lula con el ministro de Comunicaciones, Eunicio Oliveira.
Inmediatamente el Partido de los Trabajadores (PT), en el Gobierno, de que “se defenderá” con “todos los instrumentos legales” de la acusación de haber sobornado a parlamentarios para garantizarle apoyo al Ejecutivo.
Lula y su partido salieron así al paso de la sucesión de casos de corrupción denunciados en las últimas tres semanas, que hicieron tambalear el mercado financiero por temor a que la crisis política tuviera reflejos en la economía.
El presidente, que hasta ahora se había mantenido en silencio, ratificó ayer su compromiso con la ética, al inaugurar en Brasilia la cuarta edición del Foro Global de Combate a la Corrupción, que auspician diversos organismos internacionales.
Al contrario de los dos días anteriores, ayer se le vio tranquilo y seguro en su discurso, en el que recordó que ha dedicado toda su vida política a enfrentar la corrupción, así como destacó que desde el Gobierno ha trabado un combate frontal contra todo lo ilícito.