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Despide Mónaco a Rainiero

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MÓNACO, MÓNACO.- En medio de gran glamour, Mónaco despidió ayer en un funeral marcado por la ausencia de ciudadanos, a su regente más longevo, Rainiero III, que modernizó e hizo famoso al principado en todo el mundo durante su mandato de 55 años.

Los funerales por el monarca, decano hasta el momento de los regentes en todo el mundo, contó con la presencia destacada de representantes de la realeza, así como de ocho jefes de Estado en ejercicio y de numerosos famosos, como el modisto Karl Lagerfeld.

Entre ellos destacó la presencia de los reyes de Suecia y de Bélgica, así como del Rey Juan Carlos de España y la ex emperatriz de Irán, Farah Palahvi.

Además, el presidente francés Jacques Chirac, representantes del Vaticano y de las casas reales de Marruecos y Japón, entre otras personalidades.

Las férreas de seguridad hicieron desistir de participar en los actos a los 32 mil habitantes del principado de Mónaco, cuyas calles permanecieron por la mañana desiertas con todos los comercios, casinos y tiendas cerradas.

Unos mil 500 policías fueron desplegados para encargarse de la seguridad de los funerales, así como una fragata francesa y aviones de combate, que aseguraron el cierre del espacio aéreo y marítimo hacia Mónaco, así como carreteras de acceso y alcantarillas.

Los funerales comenzaron a las 10:00 de la mañana con el desfile por el Palacio de Mónaco de los representantes de las más de 60 delegaciones extranjeras, para dar el pésame a los familiares de Rainiero III y despedir al príncipe.

Una hora y media más tarde el féretro de Rainiero fue conducido por un cortejo de carabineros monegascos hacia la catedral, en donde se celebró una misa por su alma.

En el cortejo llamó la atención de la presencia del perro del príncipe, ?Odín?, que fue conducido mediante una correa negra por un paje por expreso deseo del príncipe.

Los tres hijos de la princesa Carolina encendieron en la catedral los cirios que rodeaban el ataúd de su abuelo dando inicio a la eucaristía. El féretro iba cubierto con dos banderas, la oficial monegasca, y otra de la Casa Grimaldi, que recordaba la conquista de Mónaco en 1297.

La familia real monegasca se mostró entera durante la mayor parte de la ceremonia religiosa pero no pudo evitar las lágrimas en algunos momentos de la misa, particularmente al sonar marchas fúnebres o canto gregoriano.

Durante la homilía, el arzobispo de Mónaco, Bernard Barsi, destacó que Rainiero III mejoró la calidad de vida de los habitantes de Mónaco, atrajo un gran desarrollo al principado y lo introdujo en las Naciones Unidas, entre otras organizaciones internacionales.

En el primer banco del templo, a la derecha del cadáver de Rainiero, presenciaron la ceremonia religiosa los tres hijos del príncipe y la princesa Antoinette. A la derecha se sentaron los hijos de la princesa Carolina: Andrea Casiraghi, Charlotte y Pierre.

Estefanía y Carolina portaban velos negros. El príncipe Ernesto-Augusto de Hannover, esposo de Carolina de Mónaco, fue el único ausente de la familia real monegasca al encontrarse ingresado en un hospital del principado aquejado de una pancreatitis grave.

Por la tarde tendrá lugar otra ceremonia religiosa, una misa de réquiem para que los 32 mil habitantes del principado puedieran dar su último adiós a Rainiero, quien falleció el seis de abril por problemas cardiacos.

Después, en una ceremonia estrictamente privada, a la que sólo asistieron los descendientes de la dinastía Grimaldi a la que pertenecía Rainiero, fue inhumado el regente, al lado de la tumba de la princesa Grace de Mónaco, la actriz Grace Kelly, su gran amor y que contribuyó a crear su leyenda personal y la de su principado.

Hasta la mascota le llora

El perro ?Odin?, la mascota favorita del príncipe Rainiero III, participó ayer en los funerales de su amo formando parte destacada del cortejo que portó los restos del regente.

El perro de raza griffon Korthal y de seis años y medio de edad, formó parte del cortejo de carabineros monegascos que trasladó el féretro de Rainiero a la catedral de Mónaco, en donde fue oficiada una misa por su alma.

Con un paso firme y casi militar, sin salirse del protocolo, ?Odin?, fue llevado de una correa por uno de los pajes del recién desaparecido príncipe hasta el templo.

El animal seguía en el cortejo al médico personal del príncipe y al secretario de Estado del principado, René Novella.

El perro de caza, con fama de fiel y cariñoso, fue un regalo realizado por el Consejo de la Corona a Rainiero en 1999, con motivo del 50 aniversario de su reino.

El príncipe, quien falleció el pasado seis de abril a los 81 años de edad, se había encariñado con la mascota que le acompañó en los últimos años de su vida.

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