El rostro del Santo Padre será cubierto por un pañuelo blanco de seda
Agencias
ROMA, ITALIA.- El cuerpo sin vida de Juan Pablo II, que no ha sido embalsamado, será enterrado bajo tierra y no en un sarcófago, informó ayer el Maestro de Ceremonias Pontificias, Piero Marini, que confirmó que la elección del próximo Papa será anunciada con la fumata blanca y repique de campanas.
El arzobispo Marini, junto al portavoz Vaticano, Joaquín Navarro Valls, informó sobre el rito de las exequias y las disposiciones previstas para el próximo cónclave, cuya fecha todavía no ha sido establecida por la Congregación de Cardenales.
Según establece la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la Sede Vacante, el cónclave debe comenzar no antes de quince días ni después de veinte de la muerte del Pontífice, lo que supone que será entre el 17 y el 22 de abril.
Respecto al funeral, Marini dijo que se ha introducido en esta ocasión una novedad: el rostro de Juan Pablo II será cubierto con un pañuelo blanco de seda antes de cerrar el féretro de ciprés en el que será colocado.
Según estable la normativa vaticana, el cadáver del Papa es colocado en un féretro de ciprés forrado de terciopelo carmesí y encajado en otro de plomo de cuatro milímetros de espesor, a su vez encajado en otro de madera de olmo barnizada.
En el interior será introducido un saquito de terciopelo con las medallas del Pontificado y un pergamino con su biografía dentro de un tubo de cobre.
El Papa vestirá un atavío litúrgico y su sombrero de obispo será colocado en su pecho.
Todavía no está claro si también enterrarán con el Papa un poco de tierra de su patria, Polonia.
Un funcionario del Vaticano, en respuesta a una pregunta, dijo que había habido ?miles? de peticiones para poner objetos en el ataúd.
Una vez concluido el funeral, en la plaza de San Pedro, el féretro será trasladado a las Grutas Vaticanas, tras introducirlo en los otros dos, será depositado en el mismo lugar donde estuvo enterrado durante casi 30 años su predecesor, y al que admiraba, beato Juan XXIII.
Marini precisó que será un funeral muy sencillo, sobre la tierra, en cuya lápida será escrito el nombre y las fechas del pontificado, al estilo del de Pablo VI.
Juan Pablo II descansará a poco metros de la tumba de San Pedro, al lado de Pablo VI y frente al sarcófago de Juan Pablo I.
Sobre la muerte del Pontífice, el arzobispo Marini precisó que en el momento del óbito estaba presente el camarlengo, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, otros purpurados y el personal médico y que el deceso se constató tras realizar un electrocardiograma que duró un largo espacio de tiempo.
Marini subrayó que el rito de la constatación de la muerte no corresponde necesariamente con el real y que en la noche del dos de abril, cuando el Papa murió (a las 21:37 horas, tiempo de Roma) no estaban presentes todos los prelados que debían presenciar el óbito.
De ahí que se realizase al día siguiente (a primeras horas de la mañana) la constatación oficial de la muerte por parte de Martínez Somalo.
El arzobispo Marini agregó que ?creo que hicimos una cosa más digna (en las horas posteriores a la muerte), ya que el cadáver fue revestido y trasladado a la capilla privada del Papa.
El cadáver no fue embalsamado, según precisó, categóricamente, Navarro Valls, que agregó que sólo ha sido preparado teniendo en cuenta que hasta el viernes no será enterrado y expuesto al homenaje de los fieles.
La capilla ardiente, abierta al público desde la tarde del lunes se cerrará en la noche de mañana jueves para preparar la basílica de San Pedro y la plaza vaticana, donde se celebrará el funeral, que comenzará a las diez de la mañana y durará tres horas.
El traslado a las Grutas y la sepultura definitiva durará una media hora, por lo que a primeras horas de la tarde del 8 de abril reposará para siempre en el Vaticano.
Respecto a la elección de las Grutas Vaticanas, Navarro Valls dijo que el Papa no dejó indicación alguna sobre donde tenía que ser enterrado.
Su testamento, que ya ha sido abierto por las autoridades vaticanas, el camarlengo y el sustituto de la Secretaría de Estado (el arzobispo argentino Leonardo Sandri) no ha sido leído todavía en la Congregación de Cardenales, que posiblemente lo conozcan hoy miércoles.
Juan Pablo II había nombrado un cardenal ?in pectore?, cuyo nombre se desconoce, en el consistorio de 2003. Navarro dijo ayer que de momento se desconoce dato alguno sobre ese purpurado y habrá que esperar a la apertura del testamento para saber algo más.
La Congregación de Cardenales celebró ayer su tercera reunión, en la que participaron 88 cardenales de los 91 que ya se encuentran en el Vaticano, y en la que no trataron sobre cuándo se celebrará el Cónclave.
Piero Marini reiteró que el Cónclave se desarrollará en la Capilla Sixtina, que los cardenales se alojarán en la residencia Santa Marta del Vaticano y que todo el recinto vaticano se considerará ?área del cónclave?.
Recordó que está prohibido que los cardenales mantengan contacto con el exterior durante los días que dure y aseguró que, como manda la tradición, la elección del 265 sucesor del Apóstol Pedro será anuncia con la fumata blanca y el repique jubiloso de campanas.
Entre risas aseguró que en esta ocasión harán todo lo posible para que el humo que salga de la Sixtina sea blanco y no como en la última ocasión que salió medio gris.
?Ríos de fieles? dan gracias al Papa
Unos 200 mil varsovianos rindieron ayer homenaje al Papa Juan Pablo II en una misa que celebró el cardenal Jozef Glemp, primado de la Iglesia Católica polaca.
En la ceremonia participaron también el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, el primer ministro, Marek Belka, los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, varias decenas de obispos, así como el nuncio apostólico y los jefes de las misiones diplomáticas acreditadas en Polonia.
"Hoy rezamos por Juan Pablo II y le damos las gracias por toda su obra, por todo su pontificado, por sus enseñanzas, por el bello testimonio que dio con su vida y por su constancia hasta el final", dijo el cardenal Glemp en su homilía.
"Aquí, en esta plaza, durante su primera peregrinación como Papa, Juan Pablo II pidió al Espíritu Santo que descendiese para renovar la faz de la tierra, de esta tierra", citó Glemp las palabras del Sumo Pontífice que encendieron la antorcha de la lucha por la libertad y la democracia.
"En este mismo lugar, en la Plaza de Jozef Pilsudski, el Papa beatificó en 1999 a 108 mártires polacos de la II Guerra Mundial y bendijo la piedra angular de la Basílica de la Providencia Divina que estamos construyendo de acuerdo con su deseo", añadió.
"En tanto que católicos creyentes, podemos asegurar que rodearemos al futuro Papa con el respeto y la veneración religiosas que se merece el Sumo Pontífice que conduce a los fieles hacia la salvación", agregó.