Sydney (Australia), (EFE).- El primer examen biológico para detectar la esquizofrenia analiza el modo en que el paciente procesa los sonidos, explicaron los científicos australianos que lo han desarrollado, que esperan conseguir así un diagnóstico preciso.
"Hasta el momento, los psiquiatras diagnostican la esquizofrenia únicamente con observaciones y entrevistas a los pacientes", dijo a EFE el profesor de psiquiatría Phillip Ward, que ha dirigido la investigación.
Los investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur han confirmado que los esquizofrénicos tienen un problema particular en la manera de procesar los sonidos, lo que les ha permitido desarrollar este nuevo sistema de exploración.
El científico explicó que una de las grandes aportaciones del nuevo examen "será poder distinguir si el paciente sufre esquizofrenia o si sufre un desorden bipolar".
Al poder hacer un diagnostico más exacto se podrá empezar a tratar a los enfermos más pronto, indicó Ward, que realizó la investigación junto con el estudiante de doctorado, Nathan Clunas.
"Existen muchas pruebas de que si el diagnóstico se hace antes y se inicia un tratamiento efectivo más pronto, los resultados a largo plazo son mucho mejores", dijo el científico.
El examen consiste en que los voluntarios escuchan sonidos que vienen de dos en dos mientras realizan tareas visuales que les distraen, explicó Ward, y normalmente las personas que no sufren esquizofrenia actúan de una manera, mientras que los pacientes con esquizofrenia lo hacen de otra.
"Cuanto mayor es el intervalo entre un sonido y el otro, mayor es la onda creada por el cerebro del paciente que sufre esquizofrenia, mientras que con las personas sanas la onda no crece", explicó Ward.
El estudio piloto comparó a 17 enfermos de esquizofrenia en tratamiento y muchos de ellos crónicos, con otros voluntarios sanos, de la misma edad y sexo.
Los mismos resultados se obtuvieron en otra prueba idéntica realizada con 12 enfermos bipolares o maníaco-depresivos -que van alternando cíclicamente entre la manía eufórica y la depresión- y también se constataron diferencias, aunque no han sido aún validadas y deben someterse a una investigación más profunda, indicó Ward.
La investigación fue publicada en la revista internacional, Investigación Psiquiátrica ("Psychiatric Research") en su última edición, la semana pasada.
Las pruebas fueron realizadas mediante un electroencefalograma (EEG) para grabar ondas cerebrales específicas relacionadas con la atención y la falta de atención.
De todas formas, Ward indicó que el estudio está en una fase inicial porque los resultados deben ser replicados por otros laboratorios y es necesario estudiar los efectos de las pruebas en pacientes que acaban de ser diagnosticados.
En ese sentido el científico se pregunta si la diferencia en el comportamiento de las ondas cerebrales podría percibirse al inicio de la enfermedad, precisamente cuando el paciente sufre su primer episodio de esquizofrenia, lo que permitiría determinar si son los fármacos los que producen la anormalidad.
Los científicos parten de las conclusiones de estudios anteriores que sugieren que la parte de la onda cerebral que toman en consideración no se ve afectada por los fármacos, "pero es necesario confirmar esta premisa" indicó Ward.
Si lo consiguen, el nuevo examen será simple y de bajo coste, dado que la mayoría de hospitales cuentan con electroencefalografía lo que permitirá incluso diagnosticar la enfermedad antes de que empiece a manifestarse.
La esquizofrenia y el trastorno bipolar son enfermedades de enorme complejidad que afectan al dos por ciento de la población.
La esquizofrenia es un trastorno que típicamente se identifica con los delirios y las alucinaciones, pero en el que también se pueden encontrar otras manifestaciones clínicas, como las alteraciones cognitivas y del estado de ánimo.
La enfermedad bipolar, conocida anteriormente con el nombre de "maníaco-depresiva", se caracteriza por la existencia de cambios bruscos en el estado de ánimo del enfermo y se trata con sales de litio.
