México, DF.- Tras haber quebrado la inercia ganadora de los Spurs de San Antonio, además de que supieron controlar al argentino Emmanuel Ginóbili, Pistones de Detroit buscarán hoy emparejar a dos victorias la serie por el título de la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA).
Detroit desea ser el tercer equipo en la historia de la NBA que logra levantarse de un arranque adverso (0-2) para conquistar el trofeo Larry O?Brien con el que se distingue a la escuadra que se proclama campeona del circuito.
Luego del tercer juego que se disputó la víspera, que ganaron los Pistones por 96 puntos a 79, el argentino Emmanuel Ginóbili comentó que su equipo deberá recuperarse de los moretones que sacaron en dicho cotejo, tanto físicos como anímicos.
Para el cuarto juego habrá que esperar a que Detroit siga con el plan que mostró en el partido previo, es decir forzar a San Antonio a tirar de media y larga distancia y negarle el acceso a la pintura, en especial a las coladas del argentino así como las del francés Tony Parker.
Asimismo, este encuentro servirá para determinar cuál es la fortaleza anímica de cada uno de estos equipos, pues Detroit se vio fortalecido por el triunfo en tanto que San Antonio, en caso de sufrir otro descalabro, podría comenzar a caerse en este aspecto, aun cuando en el plano competitivo siguieran estando fuertes.
Este cuarto juego podría resultar definitorio en la serie, pues si ganan los Spurs entonces los texanos se colocarán a un triunfo de conquistar por tercera ocasión el título de la NBA, mientras que si el que sale airoso es Detroit, entonces Pistones podrían tomar una fuerza que sería muy difícil a sus oponentes detener.
Finalmente, el entrenador de San Antonio, Gregg Popopvich confió en que sus jugadores sabrán asimilar las causas por las que cayeron derrotados en el tercer partido, por lo que espera que sus pupilos no tendrán las mismas fallas en el crucial juego de esta noche.
Problemas de Stern
El comisionado de la NBA, David Stern, está teniendo uno de los peores años de su gestión después de ver cómo el deporte que dirige se encuentra a las puertas de un paro laboral, problemas de imagen por su política antidopaje y lo que es peor, una pérdida constante de audiencia televisiva.
En los tres primeros partidos de finales de la NBA que disputan Spurs de San Antonio y Pistons de Detroit bajó la audiencia televisiva en 35 por ciento.
Los tres primeros partidos de las finales de la NBA, que disputan los Spurs de San Antonio y los Pistons de Detroit, han sido lo más frustrante para Stern y su equipo de gestión al ver cómo la audiencia de televisión ha bajado cerca del 35 por ciento en comparación con los del año pasado cuando, por la Conferencia Oeste, estaban Los Ángeles Lakers de Shaquille O?Neal y Kobe Bryant.
Para nadie era un secreto, que si durante la temporada regular ya se había perdido audiencia el ver de nuevo en las finales a equipos como los Spurs y los Pistons, los mejores en defensa y fundamentos del baloncesto, pero sin figuras mediáticas y comerciales en sus filas, la tendencia iba a continuar.
Los Spurs pueden ser el equipo más internacional y que mejor refleja la nueva filosofía de la NBA de la globalización, pero para el consumo del público estadounidense los nombres de sus jugadores extranjeros no les dice absolutamente nada, aunque reconozcan su clase y talento como es el caso del argentino Emmanuel Ginóbili y el base francés Tony Parker.
Los dos son admirados por los seguidores de San Antonio y en sus respectivos países y resto del mundo, pero la ciudad texana es uno de los mercados de publicidad más pequeños del país, y eso para la cadena de televisión ABC, que tiene los derechos de trasmisión, es muy negativo.
Tampoco la figura del alero Tim Duncan tiene la etiqueta de la súper estrella que vende imagen, camisetas y acapara la atención de los aficionados.
Su juego es brillante y productivo para el equipo, pero de cara a la mercadotecnia de la NBA está a años luz de los nombres de O?Neal, LeBron James, Bryant y el mismo Allen Iverson.
Aunque no se conocen cifras oficiales, fuentes del mundo de la televisión aseguran que la cadena ABC está teniendo importantes pérdidas de dinero con la trasmisión de los partidos de la NBA en lo que va de temporada y ahora en las finales.
Las estadísticas de audiencia sí se conocen y son muy desalentadoras para los ejecutivos de la cadena de televisión al comprobar que sólo un siete por ciento de los que ven televisión a nivel nacional ha seguido los partidos de las finales.
La cifra representa un 32 por ciento menos de la que se dio el año pasado para ver a los Pistons contra los Lakers y la más baja desde la temporada de 2003 cuando también los Spurs disputaron las finales contra los Nets de Nueva Jersey, que batieron todos los récords de falta de interés popular, sólo el 6.3 por ciento.
Peor pueden ser los próximos partidos cuando el Abierto de Golf de Estados Unidos comience este jueves, con figuras como Tiger Woods y las grandes estrellas de ese deporte y continúen los partidos del beisbol de Grandes Ligas.
La decadencia de la audiencia es palpable y preocupante si se compara con el 18.7 por ciento de interés nacional que había por ver a Michael Jordan en las últimas finales que disputó con los Bulls de Chicago contra los Jazz de Utah, en 1998.
Como siempre, el comisionado Stern, ante esta grave crisis de audiencia que sufre el baloncesto profesional, ha tratado de desviar la atención hacía el crecimiento del mercado internacional con las figuras de Ginóbili y el pívot chino Yao Ming, de los Rockets de Houston, como los ejemplos a seguir.
?Lo importante es ver cómo nuestra liga ha crecido a nivel internacional con los ejemplos de Argentina y China, que han batido todas las marcas de audiencia nacional?, comentó Stern.
Sin embargo, Stern es consciente de que si hay algo en estos momentos que menos necesita el baloncesto de la NBA, es seguir perdiendo audiencia cuando además están a las puertas de un probable cierre de campos, algo que es considerado por la opinión pública estadounidense como algo inadmisible.
De ahí que el comisionado se haya referido también al asunto de un posible paro laboral como un grave error de consecuencias muy negativas para el deporte del baloncesto de la NBA, que de acuerdo a todos los expertos sus años de máximo esplendor ya pasaron.