Sinceramente no sé qué pensar. Es una buena noticia que nuestro gobernador haya decidido abandonar la deuda cero, pero no deja de ser preocupante que Moreira se haya propuesto endeudar al Estado.
A lo largo de su carrera Humberto Moreira ha demostrado ser un excelente político, pero lejos ha estado de ser un administrador cuando menos aceptable.
La mala administración de los recursos ha sido una de sus características. Como secretario de Educación Pública incurrió en gastos superfluos que de ninguna manera significaron una mejora en el nivel educativo. Grandes festines para los maestros en su día, la impresión de la fotografía de Enrique Martínez en miles de cuadernos para los estudiantes, así como el haber mantenido una nómina repleta de aviadores, refleja su poco cuidado al manejar nuestros recursos.
Lo mismo sucedió cuando era alcalde de Saltillo. En primer lugar, gastó miles de pesos en la compra de unas patrullas extranjeras que nunca pudieron ingresar al territorio nacional. Pero el asunto no paró ahí, pues tuvo que destinarse una buena cantidad para el alquiler del garaje en donde estos vehículos fueron convirtiéndose poco a poco en un motivo de indignación para los saltillenses. Otro motivo de disgusto lo supuso el tremendo gasto en publicidad para promocionar su imagen. Por doquier había anuncios destacando la labor de Moreira como presidente municipal. Lo triste es que ahora ya nadie se acuerda de ello, y las supuestas auditorias que podrían demostrar el despilfarro del ahora gobernador, parecen haber sido inexistentes.
Es positivo el anuncio de Humberto Moreira de abandonar la deuda cero. Enrique Martínez se aferró a dejar al Estado sin pasivos, y gran mérito tiene el haberlo conseguido, sobre todo si tomamos en cuenta que su predecesor fue un gobernante muy dado a los actos corruptos. Sin embargo, el haber conseguido tal hazaña ocasionó un problema mayúsculo, pues de alguna manera se frenó la inversión para atraer más empresas y así evitar el máximo problema de su Administración: el desempleo.
Nuestro gobernador tiene mucha razón al afirmar que para lograr un verdadero desarrollo es indispensable el endeudamiento. Hasta las empresas más poderosas del mundo optan por un préstamo para así poder construir más filiales, optar por un cambio tecnológico o diversificar sus productos. El Gobierno del Estado tiene mucho dinero, pero quizás no es suficiente como para emprender obras que generen un crecimiento y que puedan atraer más inversiones.
El error de Moreira fue el haber declarado que optará por el endeudamiento sin decir específicamente cómo utilizará el dinerito que le prestarán.
Para los gobernantes es muy fácil pedir prestado, porque finalmente ellos no tendrán que pagar las deudas. Pero los ciudadanos estamos en una posición muy distinta. Vivir en un Estado donde abundan los pasivos, significa sufrir múltiples recortes presupuestales que suelen reflejarse en una pobre inversión pública y social.
Si Moreira quiere pedir prestado, debe primero demostrar ser un buen administrador y hasta el momento no lo ha hecho. Todavía no transcurre una semana de haber jurado servir al pueblo coahuilense, cuando ya nos enteramos que el Estado rentará una casita en Monclova para que el gobernador viva allá diez días al mes. Esta humilde morada está ubicada en un terreno de aproximadamente cinco mil metros cuadrados. Cuenta con cuatro habitaciones, sala, comedor, bar, jacuzzi y un enorme jardín el cual incluso ha sido utilizado para eventos sociales. El tamaño de la casa lo ignoro, pero sí sé que se necesitan cinco personas para su mantenimiento, lo cual me hace suponer que hasta el mismo Bill Gates envidiará al gobernador coahuilense por su casita en Monclova.
Muy buenos proyectos debe tener Moreira, pues sus promesas fueron muy esperanzadoras. Espero que ese dinero que piensa pedir prestado sirva para cumplir todos sus compromisos con la comunidad y no para satisfacer su hambre de popularidad y de poder.
javier_fuentes@hotmail.com
