Irfan Najjar, arquéologo de la Autoridad de Antigüedades, lo llama "el hallazgo arqueológico del siglo".
EL UNIVERSAL-AEE
MEGGIDO, ISRAEL.- Al principio no lo podían creer, pero a medida que seguían excavando y hallaban nuevos elementos, todo parecía tomar forma de manera increíble.
Los arqueólogos encargados de las excavaciones en la cárcel de Meggido en el norte de Israel, hoy no parecen tener duda: lo que encontraron en el lugar es de esos hallazgos que justifica estudiar durante largos años para ser arqueólogo.
Irfan Najjar, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades, ciudadano árabe israelí musulmán, lo llama ?el hallazgo arqueológico del siglo?.
Se trata de la estructura religiosa cristiana más antigua hallada en Oriente, que data al parecer de fines de la era romana o los comienzos de Bizancio.
Aún no afirman categóricamente que es una iglesia -porque no tienen con qué comparar y no hay certeza acerca de cómo eran las iglesias de aquel tiempo- pero sí sostienen que sin lugar a dudas, era algún tipo de edificio público -no una casa particular- en la que hay referencia explícita a Jesús y al cristianismo.
Durante el periodo romano -que se prolongó hasta el año 324 d.C.- el cristianismo era una religión perseguida. Las características de la estructura hallada son una confirmación directa de los procesos de aquel entonces. Por un lado, hay en el mosaico del edificio símbolos cristianos típicos -como los peces- e inscripciones con mención explícita de Jesús, pero por otro, aún no hay cruces, lo cual indica que todavía era una etapa intermedia, en la que los cristianos comenzaban a animarse a ejercer su religión, pero en la que no era todo abierto como lo fue después. Nunca se había encontrado algo así, de esa época tan temprana del cristianismo en Tierra Santa y de aquí deriva la importancia religiosa y arqueológica del descubrimiento.
?Esto es muy emocionante, realmente sin precedentes?, dice Yotam Tepper, jefe de las excavaciones en el lugar. ?Este es uno de esos descubrimientos por los que vale la pena ser arqueólogo? -comenta con una amplia sonrisa-. Su colega, Irfan Najjar, agrega que está excavando hace más de 20 años y que ha encontrado de todo, ?pero como esto, nada?.
La cárcel de Meggido en la que fue encontrada la estructura que tanto entusiasma a los arqueólogos, pasó a manos del Servicio Penitenciario a comienzos de 2005, tras haber estado años bajo jurisdicción de las Fuerzas de Defensa de Israel. Al disponerse las autoridades a construir para ampliar las instalaciones, fue necesario primero recurrir a las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades, como es costumbre en sitios de importancia histórica. Y la zona en la que se halla Meggido -cerca del bíblico Armagedón- es sin duda una de ellas.
Convictos presos en el lugar, que no se cuentan entre los considerados de alto riesgo de seguridad, trabajan desde hace meses en las excavaciones. Algunos, entusiasmados al comprender el significado de lo que encontraron, hasta piensan en dedicarse a la arqueología cuando se liberen.
Entre ellos está Ioram, de la ciudad de Petaj Tikva, convicto por drogas y condenado a una pena de cuatro meses que está terminando: ?ya me ofrecieron ver si puedo seguir ayudando después y lo estoy considerando. La verdad es que esto es apasionante, porque uno ve la confirmación de que ésta es una tierra sagrada y de que por aquí pasaron personas santas?. Ioram sonríe y parece no creer lo que está viviendo. ?Yo soy judío ?aclara-, pero me alegro mucho ahora porque el mundo cristiano tiene un lugar, así que fortalezca su fe?, aconseja.
Junto a él excavan también presos musulmanes. Majed, un beduino de 25 años, preso hace más de un año ?porque me equivoqué? -según dice, sin dar detalles-, también está consciente de lo ?grandioso? del hallazgo, pero aclara que su trabajo de herrero quizá sea mejor. ?Esto es muy difícil, no creo que pudiera dedicarme a este esfuerzo de excavar cuando salga?, comenta.
Los trabajos en el lugar continúan y al parecer se prolongarán todavía por unos meses. Varios expertos han analizado los hallazgos, estudiando ante todo si es posible trasladarlos hacia otro sitio. Tal cual dijera la portavoz de la Autoridad de Antigüedades, Osnat Gouez: ?es necesario decidir cómo proceder, ya que el problema es que el mosaico y la estructura cristiana toda encontrada en el lugar, están dentro de la cárcel y no se puede mantener un sitio de tal atracción turística donde está hoy?.
No se descarta mover la propia cárcel. Por ahora, sea como fuere, los expertos han determinado que ante todo, hay que esperar que la tierra se seque después de las lluvias, antes de intentar mover el mosaico con las significativas inscripciones.
?No recuerdo nada que haya despertado tantos ecos?, dice la portavoz, recordando que lo más parecido que recuerda, fue hace pocos años, cuando se halló en Jerusalén el lugar en el que se cree que la Virgen María se sentó a descansar cuando se hallaba en camino a Belén para dar a luz a Jesús.