El pasado 13 de enero se conmemoró el 28 aniversario del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia: (DIF). En dicho marco el presidente Vicente Fox anunció el establecimiento del Día de la Familia, designando el primer domingo de marzo para que se lleve a cabo esa conmemoración.
Esta decisión presidencial surgió de una propuesta realizada por el Consejo de la Comunicación: organismo integrado por comunicadores y cámaras empresariales que realiza campañas orientadas a la construcción de hábitos operativos virtuosos en la sociedad mexicana.
Al plantear dicha celebración, el presidente hizo ver la necesidad de fortalecer la institución familiar, cuya estabilidad en estos momentos está amenazada por la desintegración de los hogares, la drogadicción juvenil y la violencia doméstica, entre otros problemas, apuntados por Vicente Fox.
Por ello, expresó que el Gobierno Federal extenderá todo el apoyo posible, para combatir los peligros que se ciernen en contra de la institución básica para la justa dinámica social.
El jefe del Ejecutivo recibió un diagnóstico preliminar que ilustra las dinámicas que se dan dentro de los hogares mexicanos, en los que los embarazos juveniles con el posterior abandono del padre biológico y por ende la proliferación de madres solteras, el divorcio, la violencia contra la mujer, la desatención de los padres a la educación de sus hijos entre otras causas posibles, está provocando el surgimiento de una figura nueva, la “paternidad social”, ante la falta real de la figura del padre biológico.
Esta paternidad social, provoca que muchos niños carezcan de modelos claros que les presenten valores y virtudes a ser seguidos por esa criatura en formación y que por ende acaben asimilando formas de conducta ambiguas y sin compromiso constructivo, lo cual se refleja en la gran cantidad de niños en la calle y de la calle y en formas de desintegración social que abundan en nuestro medio y que conducen a muchos de nuestros niños y jóvenes a conductas antisociales o a evasiones desde muy tierna edad a través de adicciones al alcohol, las drogas, la delincuencia o la prostitución.
También se consideró a la pobreza no superada en muchas de las familias mexicanas como causa de fenómenos sociales como son la emigración forzosa, el éxodo rural, la desocupación formal, informal y disfrazada que sufren principalmente los jóvenes, que les dificulta el establecimiento de los lazos matrimoniales que darán origen a familias bien constituidas y por ende a la reproducción de esas formas antieducativas de procrear una prole sin los fundamentos necesarios para conducirla al bien particular de cada uno de sus miembros.
Ojalá esta iniciativa no se quede en un mero acto protocolario de asignación de un día específico para la conmemoración, con los consabidos discursos demagógicos.
Ojalá que el día de la Familia sirva efectivamente para revalorar la importancia que contiene esta célula básica de la sociedad en la salud moral de la misma y que los tres poderes de la Unión hagan lo que les corresponde para proteger, salvaguardar y reforzar a la institución familiar.