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BRASILIA, BRASIL.- Los escándalos de corrupción que golpean al Partido de los Trabajadores (PT), del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, cobraron ayer una cuarta cabeza: la del principal dirigente de la organización política brasileña, José Genoino.
La renuncia de Genoíno se sumó a la del secretario general Silvio Pereira y a la del tesorero Delubio Soares. La secuencia comenzó el 16 de junio con la dimisión de José Dirceu, quien era el jefe de gabinete, mano derecha de Lula, y ex presidente del PT.
Los cuatro son señalados de mantener un esquema de pagos de 30 mil reales (unos 13 mil dólares) mensuales a legisladores para garantizar su voto en el congreso a favor de proyectos legislativos del Gobierno.
Dijo que salía para permitir la recomposición de la directiva PT, que ahora se dedicaría a su defensa y que “no es la primera vez que vivo el lado duro de la política”.
Las denuncias van desde el financiamiento de las campañas electorales del partido y supuestas sobrefacturaciones en contratos públicos hasta el crecimiento astronómico del patrimonio de una empresa consultora que era propiedad de un ministro y negocios de compañías privadas con un hijo de Lula.
La gota que pareció derramar el vaso del presidente del PT fue la detención el viernes en el aeropuerto de Sao Paulo de José Adalberto Vieira da Silva, asesor de José Nobre Guimaraes, miembro del comité nacional del partido y hermano de Genoíno.
El asesor, quien tomaría un avión desde Sao Paulo a una ciudad en el noreste del país, fue detenido tras pasar por una máquina de seguridad para descubrir que llevaba en un bolso 200 mil reales (84 mil dólares) en efectivo y otros cien mil dólares ocultos en su ropa interior.