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SAO PAULO, BRASIL.- El secretario nacional del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Silvio Pereira, pidió ayer una licencia luego que fue involucrado en un escándalo de corrupción que sacudió al Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En una breve carta dirigida al Directorio Nacional del PT, Pereira se anticipó a la reunión del órgano, prevista para hoy en Sao Paulo, y decidió pedir una licencia de sus funciones y atribuciones hasta que se esclarezca su situación.
El Directorio Nacional del PT convocó a una reunión extraordinaria para este martes, la que podría extenderse hasta el próximo viernes, con el propósito de tomar decisiones frente a las acusaciones que pesan sobre el grupo político.
La reunión servirá para definir la continuidad del presidente del PT, José Genoino, y del tesorero del movimiento, Delubio Soares, quien junto a Pereira y al diputado José Dirceu fue señalado como responsable de encabezar un esquema de corrupción en el Congreso.
El diputado Roberto Jefferson, presidente del aliado Partido Laborista Brasileño (PTB), admitió haber recibido del PT un millón 600 mil dólares para financiar campañas en las elecciones municipales de 2004.
Jefferson, quien exoneró de culpa al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, indicó que el esquema captaba el dinero mediante “propinas” en diversas empresas estatales y luego lo “lavaba” en las firmas publicitarias del empresario Marcos Valerio. Mediante el esquema, según Jefferson, se realizaban pagos mensuales de 12 mil dólares a congresistas del Partido Progresista (PP), del Partido Liberal (PL) y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el principal y más importante aliado del gobierno de Lula.
Las acusaciones presionaron la salida del diputado Dirceu del Ministerio de Casa Civil (Interior), llevaron a la creación de una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en el Congreso y a la aceleración de un cambio en el gabinete de Gobierno.
El presidente Lula espera realizar por lo menos 15 cambios en los 25 ministerios y ocho secretarías especiales antes de viajar el próximo miércoles a Escocia, donde participará en la reunión ampliada del Grupo de los Ocho (G-8).
La reorganización del gabinete ministerial será vital para la aspiración del mandatario de reelegirse en 2006, a pesar que la oposición y los propios partidarios han considerado que es mejor que Lula da Silva desista de esa intención.