Omiten en la declaración de Brasilia plasmar un concepto sobre democracia debido a que la percepción de este sistema no es el mismo para los latinoamericanos que para los árabes.
BRASILIA, (Reuters).-Los países de América del Sur y de la Liga Arabe cerraron el miércoles una inédita cumbre con promesas de estrechar sus relaciones comerciales y culturales, pero que no avanzó en coincidencias sobre el concepto de democracia y dejó dudas sobre sus beneficios políticos.
La Declaración de Brasilia, aprobada al fin del encuentro de dos días en la capital brasileña, llamó a combatir el "terrorismo en todas sus formas" y propuso también una conferencia internacional coordinada por las Naciones Unidas para definir ese crimen.
Los mandatarios expresaron además rechazo a "la ocupación extranjera" y reconocimiento al "derecho de los Estados y pueblos a resistir a la ocupación extranjera, de acuerdo con los principios de la legalidad internacional y de conformidad con el Derecho Internacional Humanitario".
El documento, cediendo a la falta de democracia en la mayoría de los países del mundo árabe, omitió en tanto cualquier expresión de adhesión a ese sistema, algo habitual en las reuniones latinoamericanas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, justificó esa omisión al asegurar en la rueda de prensa final que "sería falta de democracia si nosotros intentáramos en un documento plural como éste definir el concepto de democracia que yo entiendo, sin respetar el concepto de democracia de los otros".
Lula, agregó que "ésta es una condición elemental para que se pueda construir un documento que involucra a una treintena de países con culturas y hábitos políticos diversificados".
A la reunión asistieron líderes de 12 países sudamericanos y una veintena de naciones árabes.
El presidente anfitrión reconoció que "lo que nosotros pusimos en un documento como éste, es aquello que es posible colocar en un documento" para obtener "un consenso".
Antes de la cumbre, Estados Unidos e Israel, según fuentes diplomáticas, habían realizado gestiones para que el encuentro se restringiera a sus declarado propósito de abordar temas comerciales, económicos y culturales.
Las gestiones obedecieron a preocupaciones de que el foro sirviera para lanzar un pronunciamiento político crítico a la política de Estados Unidos e Israel en el Oriente Medio.
Pero la declaración reafirmó "la necesidad de alcanzar una paz justa, duradera y completa en el Medio Oriente, con base en el principio de tierra por paz y en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas".
Además, resaltó la necesidad de que el futuro estado palestino "coexista pacíficamente al lado del Estado de Israel, y la retirada de Israel de todos los territorios árabes ocupados hasta las fronteras del 4 de junio de 1967 y el desmantelamiento de los asentamientos, inclusive los de Jerusalén del Este".
En el ámbito económico, en el marco de la cumbre se realizaron encuentros entre cientos de empresarios de ambas regiones, que exploraron oportunidades de comercio e inversiones.
"Se combinaron muchos negocios, perspectivas de negocios y nuevas reuniones", dijo el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio de Brasil, Fernando Furlan.
También la unión aduanera Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- suscribieron un acuerdo marco para negociaciones que buscaran un pacto comercial con el Consejo de Cooperación del Golfo, que integran Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar.
A último momento, Lula presentó y obtuvo el respaldo en la sesión final a un proyecto de declaración de Uruguay, con un virtual apoyo a su candidato a director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La declaración expresó la importancia de que el cargo sea ocupado por un país en desarrollo, "como forma de democratizar y ampliar" la participación de las naciones pobres en el organismo.
