A pesar de sus problemas personales, las enfermeras trabajan sin perder la sensibilidad hacia los pacientes
Vestida con su uniforme blanco y su tradicional cofia, María Isabel López López saborea un rico chocolate al lado de un pedazo de rosca de reyes. Celebra su día en compañía de sus colegas en la Casa de Gobierno, evento en el cual están presentes un sinnúmero de autoridades del gremio.
Sin embargo, los delegados, el Presidente Municipal, el Secretario de Salud desayunan a varios metros de distancia de su mesa y, al parecer, ella no siente ninguna curiosidad por acercarse a los mismos. Sólo quiere disfrutar ese momento designado para recordar a su profesión en todo el país.
Según los antecedentes con los que se cuenta, fue José Villagrana en el año de 1931 quien promulgó el 6 de enero como el Día de la Enfermera, pues con su servicio son ?un regalo de reyes para los pacientes?. De esta forma, desde hace más de siete décadas, María Isabel conmemora cada año.
Cuenta que desde que tenía 15 años de edad inició su preparación como auxiliar de enfermera en la Escuela Isabel la Católica en Torreón, Coahuila. ?Siempre sentí ese gusto por ayudar a las personas, por hacer el bien y servir a los demás?, platica la mujer, quien ya planea su jubilación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en marzo del presente año.
Dice que comenzó su trayectoria laboral en 1962; por lo tanto, su experiencia es ardua, ya que ha sido parte de varias dependencias como el Hospital General e incluso fuera del estado, pues obtuvo trabajo en Sonora.
?Yo siento que con mi carrera estoy sirviendo mejor a Dios?, señala mientras da otro sorbo a su taza, de la cual se desprende un dulce aroma. En el lugar no se puede hablar sin gritar, pues el cantante local Juan de Dios interpreta románticas melodías.
Su carrera implica muchos sacrificios, pero no se arrepiente de haberla elegido; ?creo que el mejor pago es la salud y bienestar de mis pacientes. Yo los estimo mucho y cuando me dan las gracias es lo más bonito?, manifiesta con su mirada fija en una compañera suya que presencia la charla.
Desde su punto de vista, aunque hay gente que se queja del trato brindado por las enfermeras, en realidad ellas nunca pierden la sensibilidad, son seres humanos que en ocasiones se olvidan de sus propios problemas para sumergirse en los otros que padecen de su salud.
A lo largo de todo este tiempo en el que ha ejercido ha visto un sinnúmero de heridos y casos lamentables que la han hecho llorar; lo que más da tristeza, comenta, es ver a la gente abandonada por sus propios familiares y que no tienen dinero para subsistir. Por eso, en varias ocasiones no ha dudado en darles algún apoyo económico, por mínimo que sea.
Después de tantos años tan cerca de la muerte, afirma que ya no le tiene miedo, es algo natural, pero nunca pierde la noción de la gran responsabilidad que tiene al atender un enfermo. ?Siempre me encomiendo a Dios, le pido que sean sus manos guiándome?, expone con una sonrisa en sus labios.
La enfermería es su pasión, la ha practicado durante casi toda su existencia, pero consciente de que no contaba con el título correspondiente, hace dos años se graduó en la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), casi en vísperas de su retiro.
Y ya tiene planes para su futura vida con bastante tiempo libre: quiere viajar y visitar a algunos asilos de ancianos para ayudarles en lo que sea posible. Su familia se limita a un hijo, ya que sufrió la pena de que murieran dos en accidentes diferentes.
?Si no fuera por mi trabajo no sé qué hubiera sido de mí, pues atendiendo a los demás pude hallar consuelo?, afirma con cierta tristeza en los ojos pero recupera su ánimo pues el día apenas comienza y hay varias actividades que debe cumplir.
FESTEJO
Les reconocen su labor
Con motivo del Día de la Enfermera, se realizó un acto en la Casa de Gobierno
En la Casa de Gobierno el secretario de Salud, José Ramón Enríquez Herrera, reconoció que la presencia de estos profesionales en hospitales, centros comunitarios y brigadas en los rincones más apartados del estado es un sinónimo de tranquilidad y confianza para los enfermos y para las familias.
Añadió que el personal de enfermería es la base que sostiene la gran cruzada estatal para mejorar y elevar la salud de los duranguenses y son estas personas la mano suave, el rostro amable y el corazón dispuesto siempre al sacrificio en bien de los demás.
Agregó finalmente que es ahora la gran oportunidad de quienes forman parte del Sector Salud de contribuir para mejorar la calidad y expectativa de vida a través de la ausencia de enfermedades.