Madrid, (EFE).- España fue el único país europeo donde hoy se pudo contemplar el primer eclipse anular de Sol en 241 años, un excepcional fenómeno que pudieron disfrutar miles de ciudadanos y que no volverá a repetirse hasta 2028.
Los españoles tuvieron así el privilegio de ver mejor y durante más tiempo que ningún otro vecino de Europa este eclipse, que atravesó el país de noroeste a sureste y que hizo bajar la temperatura y la luz durante tres horas, en las que las observaciones improvisadas cambiaron la rutina del país.
El primer eclipse anular de Sol visible en buena parte de la Península Ibérica desde el siglo XVIII convirtió una mañana otoñal despejada prácticamente en toda España en un amanecer de invierno.
Los eclipses se producen cuando el Sol, la Luna y la Tierra están perfectamente alineados, lo que ocurre dos veces al año, y según la Luna se sumerja total o parcialmente en la sombra terrestre, los eclipses serán totales o parciales.
El que se pudo ver hoy en España fue anular, o sea que la Luna sólo ha cubierto el 90 por ciento de la superficie del Sol, quedando enmarcada en un "anillo" solar.
Como estaba previsto, a las 09.38 (07.38 GMT), los habitantes de Vigo (noroeste) fueron los primeros en apreciar que el Sol presentaba un "bocado" oscuro en su parte superior, mientras que los de Alicante (este) fueron los que despidieron al fenómeno, menos visible que en el resto de España por las nubes, a las 12.30 (10.30 GMT).
A los 400 astrónomos de todo el mundo que decidieron celebrar en España su congreso anual para coincidir con la observación del eclipse, se han sumado en una franja de 185 kilómetros de ancho, comprendida entre Pontevedra (noroeste) y Alicante (este), miles de ciudadanos que han abarrotado las observaciones convocadas por planetarios, ayuntamientos y universidades.
Allí, y en el resto de España, los lugares más concurridos han sido, sin embargo, las aceras y las terrazas y azoteas de oficinas y viviendas.
En los cuatro minutos en que la Luna ha tapado casi todo el Sol, el espectáculo han sido las miles de personas que, intercambiándose gafas y filtros, miraban al mismo tiempo al cielo, incluidos los conductores, lo que provocó importantes atascos en muchos puntos.
También los actos públicos programados que coincidieron con esa fase se han visto interrumpidos, y los que no, han visto "desaparecer" a muchos de sus invitados.
Además de poderlo ver en vivo, las cadenas de televisión nacionales han incluido en su programación imágenes en directo del fenómeno, al igual que varias páginas de Internet como la habilitada por el Ministerio español de Fomento.
El fenómeno incluso se podrá ver reflejado en una película, ya que Liberto Rabal, director español nieto del fallecido actor Paco Rabal, grabó el eclipse a su paso por Madrid para incluirlo en su próximo filme.
El mejor aliado del eclipse fue el tiempo, porque el cielo estuvo prácticamente despejado en toda la Península Ibérica, la intensidad de la luz bajó, aunque menos de lo se esperaba, y la temperatura también descendió precisamente en las horas del día en las que el sol comienza a calentar.
Según datos oficiales del Instituto Nacional de Meteorología, en Madrid, en el momento en el que la luna se interpuso por completo entre la tierra y el sol, la temperatura descendió hasta los 11,6 grados centígrados, exactamente la misma que se había registrado una hora antes.
Una hora después, cuando el satélite de la Tierra ya se había salido por completo de la alineación, la temperatura ya rondaba los 13,5 grados.
España tendrá que esperar hasta el 12 de agosto de 2026 para disfrutar del próximo eclipse solar, que será total, y hasta el 26 de enero de 2028 para ser testigo de uno de tipo anular como el de hoy.
Entre estas dos fechas, el 2 de agosto de 2027, el extremo austral de la Península y Ceuta y Melilla (norte de África), serán también escenarios privilegiados para contemplar otro eclipse total.
