EFE
SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- Los hospitales salvadoreños siguen abarrotados por niños afectados por diarreas provocadas por el rotavirus, aunque el Ministerio de Salud asegura que hay “un leve descenso” de los casos tras haber decretado estado de emergencia.
Una fuente del Ministerio de Salud informó que los casos de diarrea entre el primero de enero y el diez de febrero pasados ascendieron a 51 mil 255 a nivel nacional y que se mantiene la cifra de 15 niños muertos.
El jefe del departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud de El Salvador, Mario Serpas, dijo que “tenemos una disminución leve de los casos, comparando los primeros cuatro días de esta semana con el mismo periodo de la semana anterior, en 300 casos a nivel nacional”.
Agregó que han disminuido los ingresos en los hospitales “porque estábamos manejando 200 ingresos diarios y el miércoles teníamos 177 y el jueves 150”, pero afirmó que “esto no significa que vamos a bajar la guardia”, sino que “tenemos que fortalecer las medidas”.
En distintos hospitales de San Salvador persisten las imágenes de madres angustiadas en espera de que sus niños sean atendidos, mientras médicos y enfermeras caminan de prisa por salas y pasillos para dar abasto.
Serpas dijo que, del total de casos de diarreas registrado este año, un 70 por ciento son menores de cinco años, en su mayoría menores de un año. El Gobierno decretó el lunes pasado estado de emergencia en los departamentos de San Salvador, La Paz y La Libertad, en la zona central del país, que habían presentado hasta entonces el mayor número de casos, que a nivel nacional habían ascendido a 43 mil 175.
El ministro de Salud, Guillermo Maza, dijo que se estudia incluir en el estado de emergencia al departamento central de San Vicente porque los casos de diarrea “se han disparado” en los últimos dos días.
Informó que el jueves fueron ingresadas 39 personas afectadas por diarreas, mientras que en días anteriores el promedio era de una veintena diaria.
Aunque el Gobierno no ha declarado una epidemia, Carlos Figueroa, director del hospital Benjamín de San Salvador, único especializado para niños en el país, declaró que “estamos en la meseta de la epidemia, a la mitad. Después va a empezar a bajar y en unas cuatro o seis semanas ya no vamos a estar en brote”.
Figueroa expresó al diario “La Prensa Gráfica” que “no soy técnico en la materia y no sé cuales son los criterios que ellos usan para definir si una gran cantidad de casos que afecta a todo el territorio nacional por un periodo de diez semanas se puede considerar una epidemia o no”.
Tanto Serpas como Figueroa han insistido en que los padres deben llevar a sus niños a los centros hospitalarios al ver los primeros síntomas de la enfermedad.