Casi a nadie emociona el hecho de que prácticamente ya están definidos los candidatos de los tres principales partidos políticos respecto a las elecciones presidenciales de 2006.
Si acaso en la ciudadanía más que interés se ha generado una preocupación porque no advierte en ellos a grandes hombres, líderes o políticos, al frente de las respectivas siglas, al grado de que la mayoría habla de que si llegarán a votar lo harían por el menos malo.
Y por lo que toca a militancias y voto duro de estas agrupaciones políticas, se mantienen en ebullición y hasta ahora gravemente confrontados.
En el PRI, si bien el candidato es Madrazo, el rechazo de muchos subsiste, ya no digamos el magisterio y algunos gobernadores como representantes populares de ese partido, en el Senado y la Cámara de Diputados.
Y en el caso del PRD siguen las diferencias pues aún no se ha logrado consolidar un pacto entre López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas, que incluso podía disminuir significativamente las posibilidades de acceder al poder presidencial en las próximas elecciones.
Por lo que toca al PAN, aún cuando Felipe Calderón se impuso claramente en un proceso democrático, el único visible de los tres grandes partidos, si bien su candidatura camina mejor que la de los otros, no dejan de persistir cicatrices por cerrar entre panistas y neopanistas.
De los otros partidos, los ciudadanos no ven mayores posibilidades, como lo demuestra repetidamente la historia contemporánea de nuestros procesos electorales,
Pero sumariamente habría que decir que el PT se encuentra en iguales circunstancias de divisionismo debatiendo rudimentaria y cínicamente, si se van con "melón o con sandía".
Al igual, el Verde Ecologista, destapó pronto a su candidato presidencial cuando todos los ciudadanos sabemos que acabará en el PRI apoyando al rudo tabasqueño.
Y finalmente por lo que se refiere a los nuevos partidos como Alternativa Social Demócrata y Campesina, así como Nueva Alianza, sufrirán los estragos de una competencia muy reñida en la que se pronostica acapararan prácticamente todos los votos los citados partidos fuertes, además sin poder aliarse a ellos por las limitaciones que impone la legislación electoral vigente, aunque en uno de los casos la candidata sea Patricia Mercado, una mujer destacada que se ha distinguido en la lucha democrática y de nuestro género.
En conjunto, como puede apreciarse, aparentemente hay alternativas para votar especialmente en función de los candidatos de las tres fuerzas principales, pero en el fondo la caballada no sólo está flaca, sino que no convencen y hasta grandes temores suscitan.
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