Agencias
NUEVA YORK, EU.- Muchos la recuerdan por sus casi interminables persecuciones de coches, otros quizás por su marcado estilo "americano" y los diminutos shorts de la protagonista. Para felicidad de los nostálgicos, la serie de TV Los Dukes de Hazzard llega a la pantalla grande.
Entre 1979 y 1985, la popular serie sobre las aventuras de dos primos rebeldes del sur estadounidense capturó la atención de un amplio público, incluyendo el de países latinoamericanos en su versión en español.
La nueva película cuenta con protagonistas diferentes pero recrea de forma fiel el espíritu y el concepto de la versión televisiva.
En esta oportunidad, los primos Luke y Bo Duke son interpretados por Johnny Knoxville y Seann William Scott, respectivamente, y están acompañados por su prima Daisy, encarnada por Jessica Simpson, en su debut frente a las cámaras.
El elenco es completado por la leyenda de la música country Willie Nelson, como el tío Jessee, y el veterano del cine Burt Reynolds, en el rol del ambicioso empresario sureño que busca adueñarse de la granja de los Duke.
Dirigido por Jay Chandrasekhar, el filme está ambientado en la actualidad. "Pero ciertas cosas no pueden cambiar, como los autos o la vestimenta de Daisy. Bueno, en realidad un fanático de la serie me envió una carta protestando porque Jessica no lleva puestas medias de nailon bajo sus shorts como lo hiciera Catherine Bach en la serie de TV", dijo el director a la revista Premiere.
Cuando surgió la noticia de que Simpson había sido contratada para interpretar a Daisy, muchos cuestionaron su talento como actriz. "Francamente, yo también tenía mis dudas. Jessica quería el papel pero nunca antes había actuado en cine. Pero hizo una audición y salió bastante bien", recordó el cineasta.
Durante el rodaje del filme, los tabloides relacionaron sentimantalmente a Simpson con su coprotagonista Knoxville, lo cual fue desmentido por ambos.
"Nunca me tomo muy en serio lo que dicen los tabloides", dijo Knoxville, que está felizmente casado.
Otra polémica surgió en torno a la bandera confederada del sur estadounidense pintada sobre el techo del auto, bautizado con el nombre de general Lee. "Desde mi punto de vista, no hubiéramos podido sacar la bandera. Se puede decir lo que se quiera, pero sería imposible sacarla", dijo el director.
"Nos damos cuenta del debate que existe sobre su historia, pero la realidad es que no vamos a resolver este dilema con esta película", concluyó.
