Soldados estadounidenses detuvieron "por error" brevemente al líder del mayor partido político suní de Irak, dijeron fuentes del partido.
Bagdad, (EFE).- Al menos 25 personas, la mayoría de ellas policías, murieron hoy, lunes, y más de un centenar resultaron heridas en un doble atentado suicida perpetrado en Hila, una ciudad de mayoría chií al sur de Bagdad especialmente azotada por el terrorismo.
Tres meses después de que la urbe fuera escenario del ataque más cruento desde la caída del régimen de Saddam Hussein, dos kamikazes con el cuerpo repleto de explosivos atentaron contra el mismo objetivo que entonces: reclutas y agentes de las nuevas fuerzas iraquíes.
Según el relato de los testigos, los atentados ocurrieron con un intervalo de cinco minutos, y tuvieron lugar en dos puntos alejados de la ciudad, en un intento por doblar el caos que acarrea toda acción terrorista.
El primero de los terroristas hizo detonar la carga mortal frente a la puerta de una clínica, donde decenas de aspirantes a policía hacían cola a la espera de cumplimentar el trámite del reconocimiento médico.
La ambulancias recogieron allí trece cadáveres y más de una cincuentena de heridos, algunos de los cuales fueron traslados a otros hospitales en estado muy grave, por lo que los médicos no descartaron que el número de víctimas pueda aumentar en las próximas horas.
Cinco minutos después, un segundo kamikaze, asimismo armado con un cinturón de explosivos, deflagró la carga en medio de una manifestación de policías que exigían una revisión al alza de sus emolumentos.
Doce los manifestantes perecieron, y más de una cincuentena de personas más perdieron la vida en la explosión.
El ataque de hoy supone el atentado más cruento perpetrado en Hila, capital de la provincia shii de Babel, desde que el nuevo Gobierno asumiera el poder el pasado abril.
El pasado 28 de febrero, más de 120 personas perdieron la vida y decenas resultaron heridas también en Hila cuando un presunto terrorista jordano hizo estallar un coche bomba en circunstancias parecidas.
La enésima acción terrorista coincidió este lunes con el segundo día de la campaña lanzada por el recién estrenado Ejecutivo para erradicar la violencia en Bagdad, considerada la más ambiciosa desde que la caída del dictador sumiera el país en el caos.
Miles de policías prosiguieron las redadas y los arrestos en la capital, donde ya han sido apresadas más de medio millar de personas y se han decomisado miles de armas, explosivos y otro tipo de municiones.
Pero la detención más relevante del día la practicaron los soldados de EU, que se llevaron preso a Mohsen abdel Hamid, líder del Partido Islámico de Irak y una de las principales figuras políticas suníes del país.
Junto a Abdel Hamid, fueron apresados tres de sus hijos y ocho guardaespaldas, explicó Iyad al Sameraei, miembro de la oficina política del referido grupo.
Según su versión, el arresto se produjo poco después de la madrugada cuando el político suní se hallaba en su domicilio del barrio de Al Jadra, en el oeste de Bagdad.
Mohsen abdel Hamid fue uno de los 25 miembros que formaron el Consejo de Gobierno instalado por Estados Unidos tras derrocar a Saddam Hussein.
Su partido formó parte, después, del primer Gobierno de transición instituido por Washington y que hasta los comicios del 30 de enero dirigió el político shii Iyad Allawi.
Considerada una organización paraguas bajo la que se guarece la ideología islamista de los Hermanos Musulmanes, el Partido Islámico se sumó en enero al boicot electoral de los grupos suníes.
Meses antes se había retirado del Gabinete de Allawi al no ser atendida su propuesta de aplazamiento de las elecciones.
Este mes, participó en Bagdad en un congreso pan-suní del que emergió la denominada "Alianza Unida Suní", grupo con el que esta comunidad musulmana, que representa al 20 por ciento de la población, pretende contrarrestar la preponderancia del nuevo Gobierno shii.