Hoy se cumplen cinco años del triunfo de Vicente Fox. Fecha emblemática dirán algunos. Después de setenta años de dominio del PRI, por primera vez se dio la alternancia en la Presidencia de la República. Nada más y nada menos, habrá quien diga. Es bastante para el avance político de un país. Lograr la alternancia en forma pacífica es mucho, un logro que sin duda pasará a los libros de historia de nuestro país.
Pero no lo fue todo, ni lo ha sido todo. Falta mucho para arribar a la democracia, que no es lo mismo que la alternancia. Nuestra democracia es todavía muy limitada y supone valores que han faltado en el ejercicio del poder de quien ganó la Presidencia. Valores que viven y practican quienes han sido grandes transformadores de la historia, figuras emblemáticas en la historia de un país.
Supone contar con un profundo y vivo conocimiento de la historia, del pasado. No bastan las técnicas y los conocimientos prácticos de mercadotecnia, de administración o de ventas. No digo que no sirvan, pero no bastan. Supone conocer cómo funciona la política, cómo es que desde los griegos la polis ha sido importante, el lugar para que un pueblo se desarrolle y viva dignamente, supone poner en práctica el valor de la conciliación y el diálogo.
El dos de julio no fue únicamente producto de la victoria del PAN. Supone aceptar el pasado en lugar de negarlo. En el pasado tuvieron que pasar muchas cosas y muchos mexicanos hubieron de entregar horas y días de intenso trabajo, de sueños, de diálogo, de escucha. Hubo hombres y mujeres valiosos y valientes, inteligentes y preparados que se quedaron ahí esperando y fueron siempre descontados, disminuidos. Desde el primer día el presidente Fox los descalificó. Con palabras y actos fuera de lugar ignoró la lucha de miles, prefiriendo dirigirse a su familia, lo cual es importante no lo niego, pero lo otro era más importante.
Supone inteligencia clara y visión de futuro y largo plazo. ¿Cómo construir un país entre todos? ¿Cómo establecer prioridades? ¿Cómo imaginar el futuro inmerso en la realidad presente? Había que convocar, sin miedo, dejar de lado las descalificaciones de la campaña, buscar diálogos y consensos. Sin embargo se han privilegiado otras cosas: las encuestas para ver qué tan popular soy o cómo tomo decisiones, las conferencias de prensa para arremeter contra los adversarios. Las acciones que tanto criticó Vicente Fox, ahora como presidente las hace. Releyendo las noticias de hace cinco años, Fox decía que Zedillo andaba en campaña y ahora resulta que él desde Rusia anuncia que hará campaña por su partido.
La democracia supone escuchar, negociar, hacer acuerdos con todos, sin excluir a nadie. En la España de Adolfo Suárez, a la muerte de Franco, los españoles dieron una muestra de lo que es la política. Conciliar fuerzas e ideas de todos los espectros para llegar a acuerdos que favorecieron el desarrollo y la economía del país y en menos de veinte años pudieron emparejarse con sus vecinos. En política no hay avance si no hay negociación, en el buen sentido. Poniendo las ideas y el bien de todos los habitantes de una nación sobre los intereses particulares de unos cuantos.
A cinco años de ese dos de julio, el presidente Fox festeja hoy su llegada al poder. Sí, puede hacerlo, a pesar que provoca, pero ¿por qué no revisar los logros de su Gobierno? ¿Qué lo ha distinguido de otros Gobiernos? Dijo que su gabinete era el gabinetazo y que todos cumplirían los seis años de encargo. Cinco años después más de tres secretarios han sido removidos y los nuevos no fueron seleccionados por head hunters, sino que han sido traídos de otras secretarías o compromisos políticos. Ahora resulta que son igual de “todólogos” que los del PRI.
Lo más decepcionante es que los que han renunciado en los últimos días, ha sido porque andan tras la candidatura a la Presidencia de 2006 y ya se les olvidó que fueron nombrados para los seis años.
La democracia supone orden, orden legal en todos los aspectos de la vida nacional. Lo que priva ahora es el desorden. Orden desde la cabeza. Cómo podemos pedirles orden a los secretarios y gobernadores y de ahí para abajo si quien encabeza el Gobierno un día dice una cosa y al otro la cambia. O le falta al respeto a las instituciones. ¿Porque díganme si no, es faltar al respeto al IFE cuando está pidiendo a los gobernantes no hacer campaña?
El presidente Fox ha sido inconsistente en el ejercicio de su Gobierno. Los voceros que han desfilado por la oficina de Comunicación han sufrido por sus incontinencias verbales y tienen que estar corrigiendo o arreglando entuertos cada vez que habla. Por ejemplo, en muchas ocasiones ha arremetido contra los diputados y senadores de Oposición. Luego manifiesta su molestia porque las reformas que el país necesita no han sido aprobadas.
El desorden es tal que las fuerzas oscuras de la época han encontrado campo propicio para delinquir. Ahí está la guerra del narco, las balaceras que han tomado como rehenes ciudades enteras. ¿Quién pone orden en la casa de todos?
Ojalá que la fiesta de este día sea para reflexionar sobre el largo camino que tenemos por delante y sobre lo que se avecina para el resto del año y 2006. ¿Estamos preparados para seguir fortaleciendo nuestras instituciones y la vida democrática?
No estoy optimista y más cuando el pasado martes viajando por la carretera de Saltillo-Torreón, me topo con decenas de camiones retacados de personas portando camisetas verdes que venían de asistir a la entrega de iniciativas o manifestación de fuerzas organizada por uno de los pre-pre-candidatos al Gobierno del estado. La pregunta es: la apuesta por Raúl Sifuentes es desorbitante y millonaria. ¿Es esta ética, legal, democrática, bajo reglas claras? Si no ¿cómo es que tanta gente se convenció de ello?
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