Durango

Duele el recuerdo de cada año

Paralela a la tradición religiosa, los comerciantes aprovechan la temporada y buscan sobrevivir

El Siglo de Durango

El olor a cempoal invade el camposanto. Su vistoso color amarillo se hace presente en los nichos. La gente comienza a llegar al lugar en el que descansan sus seres queridos y los niños que prestan sus servicios para arreglar las tumbas o acarrear agua están atentos para conseguir un cliente.

Es Día de Muertos, tiempo de visitar el panteón municipal para miles de duranguenses. En el cementerio se observa un intenso movimiento. Familias enteras se congregan en este lugar. Infantes corren por el sitio, ancianos cargan sus ramos de flores, los hombres con pala y pico en mano avanzan a su faena. Y en este panorama, hasta las mascotas gozan al salir de sus hogares y juguetear con sus amos en un escenario distinto.

Los sepulcros lucen renovados. Han sido lavados con esmero. La tierra a su alrededor fue acomodada y las flores han sido cambiadas, de modo que ahora su imagen es distinta.

Pero hay tumbas que prácticamente lucen en el abandono total. Hay lugares en donde prevalece el olvido. No hay personas que las rodeen. En algunas de ellas aún se observa el nombre de quien yace en ese pedazo de propiedad, pero en otros simplemente fueron enterrados con todo y su recuerdo.

En un contexto lleno de vida, esos sepulcros lucen tristes. De nada sirve que tengan una lápida de mármol adornándolas. Están solas y sin visitas que se preocupen por mantenerlas en buen estado.

Es un cuadro de contrastes. Para varios de los ciudadanos el recordar a sus difuntos es un motivo de fiesta. Llevan consigo comida, sillas, sombrillas, en fin, todo lo necesario para disfrutar del descanso entre árboles y tumbas.

Pero hay quien aún no supera el dolor de la despedida de un ser amado. Las lágrimas están presentes. Las mujeres lloran frente a las tumbas y el susurro de los rezos se mezcla con las notas de los músicos que por 30 pesos entonan la canción preferida del fallecido.

Un sinnúmero de varones ha traído consigo la herramienta necesaria para remozar el lugar en donde inhumaron a su pariente. Las letras son retocadas y resanan los hoyos. Pero en este ambiente también están presentes las peleas. Una adulta mayor le reclama a su esposo el hecho de que no ponga el nombre del muerto como desea y él, a su vez, le responde que sólo sirve para mandar.

Conforme pasan las horas más personas arriban. Los comerciantes no se hacen esperar. Tortas, gorditas, fritangas y agua son ofrecidas al por mayor.

Merodeando el lugar hay inspectores municipales. Pero adentro, una familia se regocija bebiendo cerveza, líquido que introdujeron sin problema alguno.

Los que se ofrecen a engalanar tumbas no descansan. Hay menores que apenas alcanzan los ocho años de edad y con todo el esfuerzo posible cargan las cubetas de agua a petición de sus empleadores. El negocio no es tan malo, hay uno que recuerda que el año pasado se ganó 400 pesos por cinco horas que ejerció ese oficio.

Afuera, en las calles aledañas al panteón los vendedores aprovechan la temporada. La fayuca sobresale entre la mercancía ofrecida pero asimismo se pueden consumir cacahuates, cañas, tacos de carne asada, lentes para sol y un sinfín de cosas más.

Los propios comerciantes reconocen que la afluencia de personas disminuyó, no se compara con el 2004 en donde las arterias viales estaban repletas pero confían que al final del día sus ingresos sean lo suficientemente buenos, pues la muerte sólo una vez al año les resulta redituable.

Santa Misa

La Iglesia Católica de Durango recordó a la sociedad que el Día de Muertos es una fecha que debe servir de reflexión, pero también de alegría, pues debe quedar claro que la muerte es solamente un paso hacia la vida eterna.

Este miércoles 2 de noviembre, en los distintos cementerios de la ciudad de Durango se desarrolló el oficio de la Santa Misa en recuerdo y a manera de plegaria por el descanso eterno de quienes han fallecido.

En el Panteón Municipal de Oriente, donde era tradición que la misa de 10:00 de la mañana fuera oficiada por el Arzobispo en turno, esta ocasión no fue así, pues las misas fueron encabezadas por el sacerdote José Luis Galindo Amaya, párroco del templo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, de la colonia Hipódromo.

Durante la homilía, Galindo señaló la importancia de recordar con oraciones a los familiares que se han adelantado en el camino, ya que son almas que muchas veces necesitan las plegarias de sus seres aún vivos para alcanzar la plena felicidad eterna.

El arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, no ofició ninguna misa en el Panteón de Oriente; sin embargo, sí lo hizo en el Mausoleo Memorial de una empresa privada de servicios funerarios.

operativo de seguridad

Dentro del operativo de seguridad en el Panteón de Oriente, llevado a cabo por Policía Preventiva, Subdirección de Vialidad, Protección Civil y Cruz Roja, se registraron algunos incidentes que al parecer no pasaron a mayores.

La Policía Preventiva remitió a cuatro personas que estuvieron ingiriendo bebidas embriagantes dentro del camposanto, a las 00:54 horas de ayer, mientras que otras fueron invitadas a que no introdujeran este tipo de sustancias alcohólicas. También se detuvo a un joven que fue detectado robando coronas de las tumbas y a otro que caminaba por la calle con la cruz de una sepultura.

Por su parte, el Departamento de Accidentes estuvo presente en dos percances viales en las calles aledañas al panteón; uno de ellos se suscitó en las arteria Nazas y Santiago Papasquiaro, donde el conductor de una camioneta Caravan no respetó la señal gráfica de alto y se impactó contra un camión de ruta, de color dorado, y en la vialidad María Bayona y avenida Everardo Gámiz un vehículo perdió un espejo retrovisor tras el impacto contra un automóvil. Ain embargo, ambos incidentes se solucionaron en el lugar de los hechos.

Paramédicos de la Cruz Roja estuvieron presentes con dos unidades, donde atendieron a un joven de los que limpian tumbas, tras sufrir una convulsión; además, controlaron a varias personas que, por la exposición al sol, se les bajó la presión.

Por su parte, de la Dirección de Protección Civil, acudieron 20 elementos, entre paramédicos y personal del escuadrón de bomberos y rescate, atendiendo también a la personas que sufrieron insolación y desmayos, reportando que no hubo problemas con los enjambres de abejas, como se habían suscitado en años anteriores, pues desde hace 15 días estuvieron eliminando alrededor de 40 panales.

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