El Siglo de Torreón.
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Los equipos de Palma Delgadita Zacatecas, Charros de La Laguna y Corona de La Laguna sostendrán hoy una competencia amistosa en el lienzo charro de esta ciudad, el toque femenil de la charreada estará a cargo de la escaramuza Las Laguneras y en la parte musical la banda femenil Las Flores.
El evento dará inicio a las 12:00 horas, el equipo Charros de La Laguna, al mando de su capitán Rafael Álvarez Cruz, competirá con Rafael Álvarez Valdez, Rito Román Arellano, Jaime y Andrés Berumen González, Mariano Treviño Valdez y Luis Pedro González Herrada.
El equipo Corona de La Laguna cuenta con charros de primera línea, como son su capitán Martín Perea Quintana, Raúl Berlanga Valdez, Héctor Arreola Michel, Homero Román Arellano, Luis David Cepeda y Martín Contreras Serna.
El equipo Palma Delgadita de Zacatecas es uno de los más reconocidos a nivel nacional, cuenta con charros de gran trayectoria, su presentación en el lienzo charro de esta ciudad garantiza el espectáculo.
El toque femenino de la charreada estará a cargo de la escaramuza Las Laguneras, quienes darán la nota de belleza, con su elegancia, ritmo, emoción, alegría, y sobresalto, por sus hermosas y peligrosas evoluciones, realizadas con gracia, donaire, entrega y valor.
La parte musical será amenizada por la banda femenil Las Flores, dirigida por el maestro Albino Barrios.
El costo de la entrada general es de 40 pesos; dos niños entran con un boleto.
Suertes
Son nueve las suertes de la charrería:
1.- Cala de caballo: Suerte o faena en la que lo menos que se puede hacer es admirar la estampa, brío, poder, estribo, andadura, rienda y gobierno de las bestias caballares educadas a la usanza charra, sin perder de vista la gallardía y habilidad del jinete manejando las ?ayudas? (riendas), casualmente la suerte charra más castigada por el reglamento al ser calificada.
2.- Piales en el lienzo: Peligrosos, recios, brutales y llenos de serena frialdad por parte de quien los ejecuta, al hacer alarde de puntería, reflejos y valor al bajar vueltas (amarrar la reata en la cabeza de la montura) y dejar que corra la reata para detener la carrera de la yegua al ser sujetada de las patas traseras cuando pasa a toda velocidad frente al pialador (a una distancia mínima de cuatro metros), se le ha denominado ?la suerte de los dedos mochos? por el peligro de perderlos al estar chorreando la reata.
3.- Coleadero: La suerte charra más dinámica, en donde el coleador (también llamado vulgarmente ?tumbacueros?) muestra su habilidad, destreza, valor y dominio sobre su cabalgadura, al balonearse para sujetar la cola del toro, accionar (enredar la cola en la pierna) y estirar, logrando derribes en terreno de cuenta (dentro de los 60 metros que mide la manga del lienzo).
4.- Jineteo de toro: Faena en la que el jinete permanecerá en el lomo del animal sujetándose de un pretal hasta que deje de reparar y bajándose por su propia voluntad.
5.- Terna en el ruedo: Una verdadera ciencia del hombre de a caballo, ?la suerte más antigua y campirana? de la charrería, en la que el lazador hace gala de habilidad y destreza con la reata, y el caballo debe mostrar buena rienda, buen lomo y obediencia a su jinete. Se compone del lazo de cabeza y el pial de ruedo, siendo contabilizado el tiempo en que se ejecuta, sin exceder los ocho minutos.
6.- Jineteo de yegua: Al igual que el jineteo de toro consiste en permanecer en el lomo de la bestia caballar hasta que logre ?apearse? (desmontarse) por sí solo.
7.- Manganas a pie: Llamadas también ?la reina de las suertes charras?, que por su destreza, parsimonia y elegancia en el manejo de la reata de lazar, están entre lo folklórico, pintoresco y fantástico, derribando a la yegua al sujetarle las manos estando de pie el charro en el ruedo.
8.- Manganas a caballo: Se integra la cabalgadura al ejecutar los movimientos similares a la suerte anterior, es por ello que le han denominado ?la princesa de las suertes charras?, ahora el lazador deberá derribar la bestia empleando la cabeza de la montura charra.
9.- Paso de la muerte: La más vistosa de las suertes, por la maestría en la monta de un animal que no lleva ninguna montura, al saltar de una cabalgadura mansa a una bruta cuando ambas están a toda carrera.
