Luis Maeda Villalobos
Remediación a los impactos de la Termoeléctrica Guadalupe Victoria
Existen posibilidades de corregir las agresiones al medio ambiente de la termoeléctrica de Villa Juárez, hoy conocida como Guadalupe Victoria, en el municipio de Lerdo, Durango. Desde un principio (1979), hemos conocido las anomalías en su construcción a través de un capricho y falta de criterio en la protección de los recursos naturales y el medio ambiente en general, en la margen derecha del río Nazas.
Por el momento, no es motivo de recordar los hechos fuera de toda legalidad, pero sí es necesario que la ciudadanía reconozca las agresiones al medio ambiente, como es el caso del uso de aguas claras del río, para generar vapor en las calderas y mover los enormes generadores, con la circunstancia de que no solamente afecta a Ciudad Juárez, en el abasto de agua, y a otras poblaciones, sino que además, la persistencia de usar como combustible el combustóleo rico en azufre, que produce gases que van a la atmósfera, ocasiona entre otras cosas las lluvias ácidas que están exterminando los árboles y la flora riparia en su alrededor.
Por si fuera poco, las aguas residuales van a una pequeña laguna de oxidación, a la fecha colmatada de lodos que no se sabe a dónde van a dar, mientras que las aguas a altas temperaturas van directamente al río, afectando no sólo a la calidad del agua de recarga del acuífero principal de La Laguna, sino a la vida acuícola del propio río.
Es cierto que cada día se requiere más energía eléctrica en el país. Ello ha motivado en tal forma a las autoridades de Lerdo, Durango, que con criterio de remediación del caso, han propuesto a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en forma prioritaria, que el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Lerdo (SAPAL), le proporcione aguas tratadas en un volumen de cuatro a cinco millones de metros cúbicos anuales, y deje de consumir 320 litros por segundo del acuífero de Villa Juárez, que mucho necesitan los habitantes aledaños, favoreciendo la recarga de las reservas subterráneas de la región. La propuesta ha tenido buena aceptación por la Comisión Federal de Electricidad. Seguramente el cabildo lerdense ha pensado además, en la necesidad de cambiar de combustóleo por gas natural, que es fácil de llevar hasta la planta y de esa manera, evitar la contaminación de la atmósfera y proteger la vida vegetal del valle hasta el Parque Raymundo, de las lluvias ácidas y otros gases, que coadyuvan al efecto de invernadero y al calentamiento global que estamos sufriendo, lo que afecta a los climas.
Es de notar que las buenas decisiones al respecto, son de una mente sana y obviamente, producto del asesoramiento de técnicos y de la magnífica dirección del SAPAL, que con estudios científicos de vanguardia, a través de los Sondeos Electromagnéticos (SEMS), ha logrado solucionar el abasto de agua, no solamente del centro de la ciudad, sino de las colonias del Oriente de Lerdo.
Vaya pues el estímulo a las autoridades, para que continúen con la solución al problema del relleno sanitario y de la planta de tratamiento de aguas residuales, para proporcionar la dote que la susodicha termoeléctrica y la CFE están requiriendo.
