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ECOLOGÍA REGIONAL | SECCIÓN AGROPECUARIA

Luis Maeda Villalobos

ROBO ORGANIZADO DEL AGUA

La prevalencia de fórmulas equivocadas desde un principio (1940), ha ocasionado que el recurso de agua regional se vea en un riesgoso desequilibrio, a tal grado que las reservas acuíferas están perdiendo volumen y calidad.

El hecho de que el 89 ó 90 por ciento del alumbramiento del agua del subsuelo, sea aprovechado para algunas agroindustrias en producir forrajes y sostener la cuenca lechera y el ganado de engorda, además de las cerveceras y resfresqueras -con el agravante de otras industrias-, monopoliza el agua tratada como buen negocio. En conjunto, dejan sólo un seis por ciento para el sector productivo industrial y un cuatro por ciento para el consumo humano y urbano.

Esto lo contempla la Ley de Aguas Nacionales como una anomalía, según el Artículo 27 Capítulo I, Título II de la Legislación Federal del Agua y su Contaminación, en su renglón de prioridades, y no se aplica para nada, porque las autoridades relacionadas con el agua y la salubridad, callan.

Todo esto da la impresión de que los hechos han rebasado a la Ley y no se sabe entonces qué hacer. La Comisión Nacional del Agua ha sido golpeada anteriormente, por advertir los eventos anómalos, como la extracción incontrolada por falta de medidores, sin un buen y honesto padrón de usuarios con sus títulos de concesión, y en el caso, no se conoce tampoco un censo cierto de los pozos en operación, caducos o abandonados.

Por otro lado, las reformas al Artículo 27 Constitucional, y a la Reforma Agraria, han permitido la enajenación de los derechos del agua y tierras ejidales, en tal forma, que los ricos agricultores, hijos de los ?nylon?, están comprando esos derechos, y por lo visto vuelve el latifundismo que es anticonstitu-cional.

Esto permite -al despejarse el humo que cubre el problema del agua en La Laguna-, considerar los hechos como un robo organizado del agua que es de la nación y para todos, con la contemplación de las autoridades específicas y del propio Gobierno, mientras la ciudadanía calla, desorientada por los protagónicos incrustados en las cámaras, comités o sociedades laguneras, quienes hacen declaraciones en todos los medios de difusión, sin ningún fundamento.

Las presas sobre el río Aguanaval, por ejemplo, son un acierto, sin embargo los politicastros -líderes mal informados-, y los neolatifundistas, se encargan de oponerse, desorientando a la opinión pública. Otro caso suscitado en la última reunión con los senadores y diputados en un hotel de la ciudad de Torreón, la ciudadanía pidió al Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA), que dijera públicamente qué calidad de agua está tomando el pueblo lagunero, y cuál es el volumen de agua que queda en los acuíferos regionales, y no contestó palabra alguna, y esto, además del IMTA, le corresponde investigarlo a la Secretaría de Salud, en lugar de callar, cómo se encuentra el hidroarsenicismo crónico endémico y los niveles de los otros elementos minerales y químicos que contaminan el recurso más importante para la vida.

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