Casi cada dos semanas la Camerata de Coahuila presenta conciertos de gran calidad que nos han permitido escuchar no sólo lo más selecto de la música orquestal, sino también algunas de las mejores óperas. Aunque son menos frecuentes aquellos conciertos en que se combina la música y la danza éstos han sido de gran calidad pues en ellos han participado entre otros Pilar Rioja e Itziar Muguerza. A esta última ya hacía varios años que no habíamos tenido el privilegio de verla bailar. Asistimos con gran emoción al concierto del pasado viernes tres, pues sabíamos que sería una velada perfecta ya que no sólo escucharíamos a la Camerata de Coahuila bajo la espléndida dirección del maestro Shade, sino que también veríamos a Itziar Muguerza desplegar su gran talento en un concierto que combinaría la música y la danza.
En la época barroca la música y la danza a tal grado estaban tan relacionadas que para definir algunos de los movimientos, compositores como Bach y Handel utilizaron los nombres de algunas danzas como la gavota, giga, courante, allemande, etc. Sin embargo, esto no quiere decir que esa música haya sido concebida para ser bailada, pero sí que esos grandes compositores tomaron como modelo el tiempo y estructura de ellas.
Más de cien años después estos ritmos y esquemas fueron identificados por un miembro del círculo de Manuel de Falla, el arquitecto y musicólogo santanderino José Domingo Samperio Jáuregui (1901-1968), quien tuvo la ocurrencia de resaltar con castañuelas estas voces ocultas y de combinarlas con la danza flamenca. A la caída de la República -al igual que muchos otros ilustres españoles- Samperio emigró a nuestro país, donde además de trabajar en su profesión se dedicó a dar clases de danza y de castañuelas. Entre sus muchos alumnos tuvo a Lucero Tena y a una joven y talentosa lagunera, quien tomó y enriqueció sus ideas, creando un nuevo arte de danza a la española que adopta la música de los grandes compositores del siglo XVIII.
Esa joven fue Pilar Rioja, bailarina que ha llevado su arte a todos los confines de la tierra y quien a la luz del concierto pasado ha encontrado en Itziar Muguerza, una digna sucesora y discípula.
En la primera parte, la Camerata de Coahuila bajo la batuta del maestro Shade interpretó de manera magistral partituras de Arcangello Corelli (1653-1713), Johann Sebastian Bach (1685-1750), Luigi Boccherini (1743-1805) y Joaquín Larregla (1865-1945). En la Follia de Corelli, Manuel Rosales, flautista de la orquesta tocó maravillosamente la parte a solo de dicha obra.
Por su parte, Itziar Muguerza bailó y acompañó con las castañuelas a la orquesta en el largo y allegro del Concerto Grosso No.1 de Corelli, en el Allegro assai del concierto para violín No. 1 en Mi Mayor BWV 1042 de Bach y en la Jota ?Viva Navarra? de Larregla. Muguerza demostró su gran agilidad, depurada técnica y gran temperamento que logró encender el entusiasmo del público.
Después del intermedio se ejecutaron de manera exclusiva extractos de El Amor Brujo, La Vida Breve y el Sombrero de Tres Picos de Manuel de Falla (1876-1946) y La Boda de Luis Alonso de Gerónimo Jiménez y Bellido (1854-1923). En esta segunda parte la ejecución de la Camerata de Coahuila impactó por su gran sonoridad y precisión, incorporándose Itziar Muguerza en la Pantomima y la Danza ritual del fuego del Amor Brujo y en la Danza I y Danza II de La Vida Breve, haciendo gala de su elegancia y del buen gusto con que baila las coreografías de Milagros Rioja.
Al concluir el concierto el público ovacionó cálidamente a la bailarina, a la orquesta y a su director, por lo que se repitió a manera de encore la Danza II de La Vida Breve.
