Johann Sebastian Bach (1685-1750) fue uno de los más grandes compositores y organistas de todos los tiempos y el más importante miembro de una destacada familia de músicos. En vida su virtuosismo en el órgano y el clave le hicieron famoso. Su increíble capacidad creativa en la que encontraron un equilibrio perfecto la maestría técnica, la originalidad y el control intelectual le ubican como el supremo genio musical del barroco tardío.
Por la perfección y belleza de su música es siempre un placer escuchar sus obras y aún lo es más cuando éstas son ?tal y como sucedió el pasado viernes 25? tan magistralmente ejecutadas por la Camerata de Coahuila bajo la dirección del maestro Ramón Shade. El programa estuvo conformado por tres de los seis conciertos de Brandemburgo los cuales fueron compuestos por Bach durante su estancia en Coethen y que dedicó en 1721 a Christian Ludwig, Margrave de Brandemburgo (1677-1734) y por el Concierto para clave en Fa Mayor BWV 1056.
La primera obra en ejecutarse fue el Concierto Brandemburgo No. 3 en Sol mayor BWV 1048 el cual fue escrito para tres violines, tres violas, tres violonchelos con bajo y continuo. Se trata de una partitura en la que a pesar de que no se destaca a ningún instrumento solista en particular, existen tres grupos conformados por violas, violines y violonchelos. Éstos en algunos momentos tocan en masa de manera homogénea, mientras que en otros se dividen en secciones e incluso en algunos lo hacen de manera individual lo cual genera una variedad cautivadora.
A éste le siguió el Concierto Brandemburgo No. 6 en Si Bemol mayor BWV 1051 el cual fue escrito para dos violas, dos violas da gamba (un instrumento de sonoridad muy similar al violonchelo), contrabajo y continuo de clave. Aparentemente esta inusual instrumentación fue hecha para permitir al Príncipe Leopoldo de Coethen ?quien tocaba la viola da gamba? tomar parte en su ejecución y se dice que el mismísimo Bach en alguna ocasión tocó la primera viola. Yulia Mokhnatkina asumió esta función y estableció un hermoso diálogo con los demás instrumentos.
Después del intermedio se tocó el Concierto para Clave y Orquesta en Fa mayor BWV 1056, los musicólogos afirman que su primer y tercer movimientos son una transcripción de un concierto para violín hoy perdido, mientras que el segundo se deriva de un concierto para oboe que tampoco ha sido encontrado y que también utilizó en la sinfonía de su Cantata ?Ich steh mit einem fuss in grabe? (Estoy con un pie en la tumba) BWV 156.
El último concierto de los Brandemburgo que completó Bach fue el No. 5 en Re mayor BWV 1050. Aparentemente fue compuesto para que el propio compositor hiciera gala de su virtuosismo en el clave, pues es el más revolucionario de toda la colección; de hecho fue la primer partitura en la historia de la música en que un clave asume un papel solista y el primero en que Bach utiliza la moderna flauta transversal. Es una composición sumamente interesante, ya que además de ser un concierto para clave y orquesta es un triple concierto en el que el cembalo, el violín y la flauta asumen un papel de igual importancia. Esta dualidad se hace evidente en su primer movimiento, en el cual el cembalo gradualmente adquiere mayor importancia hasta desembocar en una monumental cadencia. Por otro lado, su segundo movimiento empieza lentamente con los tres solistas, a los cuales se les une la orquesta en la vivaz giga final.
Mariana Chiabukiani no sólo estuvo a cargo del continuo en el cembalo durante la ejecución de este programa, sino que también asumió con gran finura, gallardía y buen gusto las partes solistas del Concierto Brandemburgo No. 5 BWV 1050 y del Concierto para Clave y Orquesta BWV 1056, a su vez, Sebastián Kwapisz tocó con impresionante sensibilidad y virtuosismo los solos de violín y Juan Manuel Rosales ejecutó con gran precisión la flauta transversal.
En este concierto tuvimos la oportunidad de apreciar no sólo la gran capacidad y maestría que poseen los integrantes de la orquesta, sino también la bella sonoridad y claridad con que tocan bajo la excelente dirección del maestro Shade, quien una vez más hizo gala de su profunda musicalidad e impecable buen gusto.
Evidentemente el público quedó fascinado por la altísima calidad de este concierto y ovacionó con gran entusiasmo a la Camerata de Coahuila y a su brillante director quienes tocaron como encore un movimiento del Concierto Brandemburgo No. 5 BWV 1050.
GLOSARIO MUSICAL:
BWV: abreviatura de las palabras alemanas Bach-Werke-Verzeichnis (Índice de las obras de Bach), que hace referencia al número de catálogo de las obras de Bach en el que se ordenan de manera temática y cronológica sus partituras.
Cadencia: parte de bravura de un concierto en que el solista despliega su virtuosismo sin acompañamiento de la orquesta.
Cantata: literalmente una pieza para ser cantada. Bach compuso más de 300 de las cuales la mayoría estaban destinadas a ser ejecutadas durante los servicios religiosos con diferentes combinaciones de voces para cada verso o himno.
Giga: originalmente, nombre de un instrumento de cuerda, desde el siglo XVI se le dio a una danza popular irlandesa, que probablemente tomó su nombre del instrumento utilizado para su acompañamiento, de Gran Bretaña pasó a mediados del siglo XVII a Francia como una forma instrumental.