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Educación/Nuestro concepto

Aquel que pondera la educación como clave y solución para la inmensa mayoría de los problemas sociales, está en lo correcto. Una sociedad más educada, es una sociedad con mayor fuerza y capacidad de respuesta; lo es, también, más demandante y crítica y por lo tanto es una sociedad que camina con paso firme por el sendero del progreso y bienestar. La educación es la pieza, sin la cual, no es posible plantear en términos de realismo, los cambios fundamentales que requiere nuestro país para abatir los niveles de corrupción y reducir los actualmente gigantescos espacios que ocupan la impunidad y la ineficiencia.

Una apuesta a ganar es asegurar cada día mayores inversiones en infraestructura educativa, así como procesos para elevar la calidad de la misma. Sin embargo, los que hoy apuestan a la información, el conocimiento y la investigación para construir un México más luminoso, no pueden más que estar frustrados, sino que angustiados. Los ejemplos de un lastimoso rezago en infraestructura educativa y cuestionables niveles en la calidad de la misma, son cada día más abundantes. Algo está muy mal, cuando decenas de niños deben tomar clases en aulas improvisadas, soportando climas extremos, sin útiles adecuados y con hambre.

Y algo está peor, cuando un funcionario del sector educativo reconoce que existe mobiliario disponible para satisfacer apremiantes necesidades en las llamadas aulas móviles de Torreón, pero éste se encuentra en una bodega ya que no se han recibido instrucciones de Saltillo de cómo deben distribuirlo. Curioso y hasta notable resulta el hecho que decenas, centenares de niños en una ciudad tan dinámica, próspera y con vocación de futuro, como Torreón, deban tomar clases en las aulas móviles, y que éstas carezcan de lo indispensable. Más curioso resulta que tres días después de iniciado el actual ciclo escolar, el mobiliario destinado a estas aulas continúe en bodegas.

Los mexicanos estamos acostumbrados a expresiones de ineficiencia e incluso torpeza de algún burócrata, pero nunca deja de lastimar, cuando la falta de planeación, la indolencia e incluso la corrupción afecta directamente a los niños, esos que significan el futuro del país y que no reciben hoy las herramientas para intentar al menos, un mejor mañana.

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