El costo promedio del material es de 1.70 pesos; en cada vivienda se utilizan mil 450 piezas aproximadamente
?Los más pobres de los pobres en Durango no se la creen. Un pie de casa con valor de 24 mil pesos, de los que sólo tienen que pagar 13 mil 200 a seis años y construida con ?adoblock?. Creen que necesitan un líder para hacerse llegar a tener una vivienda como esa, creen que es costosa, a veces es el resentimiento de los que menos tienen o simplemente porque ya no nos creen a lo políticos; cuesta convencer a la gente.?
Así se expresa quien ha sido líder popular durante muchos años, desde que en los años 90 estuvo al frente del Movimiento Territorial Liberal, José Posadas Sánchez, junto con el que hoy es su jefe, Abraham Moreno, director del Instituto de la Vivienda del Estado de Durango (IVED) y casualmente también estuvo Alfonso Mercado Rentería, hoy subdirector de la dependencia, los tres han militado en distintos partidos.
Los tres han sido diputados en su momento y en el Movimiento Territorial precisamente se dedicaban a apoyar a la gente con escasos recursos económicos, con casas a las que los beneficiarios tenían que invetirles cinco mil pesos.
José Posadas, subdirector de Concertación y responsable del Programa de Sustitución de Casas de cartón por una Vivienda Digna, hace un recorrido junto con este medio de información a colonias como Jardines de Cancún y la Valle del Guadiana, en donde se encuentran algunos beneficiarios del Programa, a través de la construcción de casas de ?adoblock? que equivocadamente les nombraron de adobe, pues lleva una mezcla de tierra con cinco por ciento de cemento, que después de algunos días de fraguado, se vuelven en un material mucho más resistente que el ladrillo o el block.
La primera entrevistada en la visita fue Reynalda Rentería García de 35 años de edad. Le faltan varios dientes, pero se muestra contenta y sonríe con el alma. Es escoltada por sus tres hijos de nueve, tres y un año de edad.
La paradoja y las contrariedades de la vida se vislumbran, cuando confiesa que su esposo es ladrillero y había estado viviendo durante diez años en un jacal de cartón, en condiciones de extrema pobreza. Tuvo que pagar 600 pesos de enganche y emitirá 150 pesos mensuales a pagos fijos congelados, situación que hoy les parece cómoda.
El pie de casa consta de una estancia-comedor, un baño y una recámara y tiene la opción de ampliación hacia los lados.
Algunas casas como la de Liboria Romero Tomás de 51 años, quien se dedica a la servidumbre en casas particulares, tienen un mayor terreno y todavía se rodean por algunas piezas de cartón, que todavía utilizan como cuartos o bodegas, pero la vista ya es distinta.
En ausencia de su madre, Rosa María Morales Romero de 14 años recibe a este medio de información, también con una gran sonrisa y cuenta que su progenitora es madre soltera. Rosa y su hermana de 12 años están en la escuela y dice que prefiere vivir en esta casa que en el jacal.
En la estancia tienen una cama matrimonial donde se queda su hermana y su madre, en el otro cuarto ella sola. Ahí en la estancia también tienen la estufa y un refrigerador pequeño. El espacio es chico pero mejor que en el que vivían desde hace seis años.
Todavía no se animan a usar el baño ni la regadera, que también les instaló el IVED, pues tienen que hacer algunas otras conexiones y la instalación del drenaje. Esta casa la entregaron hace un mes y tardaron en hacerla en el mismo periodo. En el caso de Reynalda tardaron sólo ocho días en construirla, pero el promedio son 15, según dicen los del Instituto.
También en la calle de Jardines de Cancún está María del Rosario Lizardo Hernández de 28 años, que a pesar de su juventud, ya tiene tres hijos de 11, cinco y un año de edad. Ella también está contenta porque su marido ya no se va a ir a los Estados Unidos en busca de un mejor trabajo, pues pretendía mandar unos dólares para construir una casa.
Ahora el marido de María del Rosario le confirmó que ya no se irá de su lado, pues ya tienen un pie de casa. A un lado está otra vivienda de cartón y según José Posadas, también ya va a entrar al programa de Vivienda Digna, pero por estas colonias las casas de madera, cartón y otros materiales pululan, a un lado de las decenas de ladrilleras que ahí están ubicadas.
La consistencia y fabricación
Gran parte de las personas que están siendo beneficiadas con el Programa de Vivienda Digna, para sustituir las casas de cartón, se resisten a creer que éste existe y que es real y que el ?adoblock? les resulta muy barato.
La apariencia del ?adoblock? es ancha, cada uno pesa diez kilogramos en promedio, tiene un acabado ornamental y básicamente no necesita pintura. No se requiere mezcla para su pegado o acomodado o para levantar las bardas, y tiene una resistencia de 42.9 kilogramos por centímetro cuadrado, mucho mayor que la del ?block? que se ubica entre 25 y 30 y del ladrillo convencional que está entre 16 y 17.
Hay una planta de producción de ?adoblock? a tres cuadras del IVED y se producen alrededor de cuatro mil piezas por día. Este sábado la producción es menor, pues sólo son algunos empleados los que trabajan.
Esta tecnología es africana y fue adquirida posteriormente por Argentina. Actualmente ya se encuentra operando en algunos estados de la República, es sencillo, pues se mezcla tierra con un cinco por ciento de cemento. Cada ?adoblock? se lleva alrededor de medio kilogramo de cemento.
La mezcla pasa a una máquina que prensa el material, para luego obtener la consistencia del ?adoblock? que finalmente es asoleado bajo hules, que posteriormente son retirados tres veces al día para rociarlos con agua y con esto provocar el efecto de fraguado, que le da una fuerte consistencia al material.
Las ventajas del ?adoblock? es que no requieren ningún tipo de mezcla adicional para pegarse con los otros, sino que simplemente se ensamblan.
El costo de cada ?adoblock? oscila entre 1.60 a 1.70 pesos, mucho más barato que el ladrillo o el ?block? y cada proyecto de vivienda se lleva alrededor de mil 450 piezas, 200 mitades y 260 ?block? que se utiliza en algunas áreas en donde se presume que pueda existir mayor humedad. Es decir, se hace por protección.
Los requisitos y las contrariedades
Lo que las personas requieren para beneficiarse con este programa se resume en encontrarse en estado de extrema pobreza, o como dice José Posadas, ?estar pobre, muy pobre?.
Para lo anterior, los requisitos indispensables es que las personas tengan un jacal, que tengan familia (personas solteras no), que paguen un enganche entre los 600 y los dos mil 400 pesos, y pagar 150 pesos mensuales y que el terreno en el que se vaya a construir sea propio.
Dice José Posadas que las contrariedades son extremas en las familias que viven en jacales, pues incluso la mayor parte de los casos los funcionarios del IVED han tenido que ir de casa en casa para convencer a la gente del Programa, pues a veces no creen que sean tan baratas y que tengan que pagar tan poco.
?No se les cobra nada más, ni cuando se tira el jacal... algunos no tienen los papeles de acta de nacimiento o las escrituras y se les ayuda a llevar a cabo los trámites que les faltan, porque la mayoría viven en condiciones infrahumanas? , dice.
El funcionario explica que en los casos de viviendas en los que se queman los jacales, el IVED en forma inmediata se aboca a la construcción de las casas, para que las familias tengan un lugar en dónde vivir.
Avances
Lo que se ha hecho y lo que falta:
· Hay unas 100 viviendas terminadas en la ciudad de Durango
· Entre Gómez Palacio y Lerdo se suman otras 150
· Se pretenden construir en el 2005 unas mil casas en el estado
· El programa prevé construcción de 450 casas más en el municipio de Durango
· También se proyectan 300 más en Gómez Palacio y Lerdo
Fuente: Instituto de la Vivienda del Estado de Durango