Mamá y mujer son los roles que se tienen que enfrentar.
Después de las primeras semanas tras el parto, todo parece volver a su sitio. El bebé crece sano, estás recuperando la figura y vuelves a tomar contacto con tu vida profesional. Sin embargo, la normalidad aún no ha vuelto a las relaciones sexuales, te sientes cansada, con menos deseo, y sientes todavía algunas molestias al hacer el amor. Quizás te estas preguntando: ¿Qué me está pasando?
Para sacarte de tu incertidumbre hemos preparado la siguiente información, basada en la opinión de los especialistas y la experiencia de muchas mamás recientes que contaron sus vivencias sobre el tema:
¡Tú también podrás sentirte mamá y mujer!
Tómate con calma las nuevas circunstancias y escucha a tu cuerpo y las sensaciones que te transmite. Las nuevas percepciones, junto a las preocupaciones pueden provocar una temporal inhibición del deseo sexual. Es normal pues tu cuerpo se está adaptando aún a los cambios hormonales que se produjeron con el alumbramiento, y tu mente trata también de adaptarse a las nuevas necesidades.
En mujeres lactantes, los niveles de prolactina aumentan y ello produce un descenso de los estrógenos (hormonas sexuales femeninas), lo que ocasiona un adelgazamiento de la pared vaginal y sensación de sequedad. Además la mamá sufre un cansancio real provocado por la crianza del bebé. Ambos son factores físicos que influyen temporalmente en la disminución del deseo sexual en los meses posteriores al parto.
Y no hay que olvidar los factores emocionales: El eastrés producido por las nuevas responsabilidades puede alargarse varios meses después de dar a luz, lo que implica también una inhibición del deseo sexual que puede agravarse si no se comparten tales sentimientos. El apoyo y la complicidad de la pareja son esenciales para reanudar la intimidad de una forma satisfactoria.
Además algunas mujeres sienten miedo a volver a quedar embarazadas (en mujeres lactantes los anticonceptivos hormonales están contraindicados y los métodos sustitutivos no les aportan psíquicamente la misma seguridad). Es un factor que influye en el ánimo y puede provocar un cierto rechazo a las relaciones sexuales.
También el recién estrenado papá puede ver frenado su impulso sexual, por no encontrar tiempo para estar juntos y solos, en pareja, o porque quedó impresionado por las imágenes del parto, si es que lo presenció frente a la parturienta y no junto a su cabeza.
El dolor y la falta de sensibilidad vaginal después del parto también tienen solución. Suelen estar causados por el debilitamiento de la musculatura perineal y se puede acudir al fisioterapeuta que podrá indicar una serie de ejercicios para tonificar y fortalecer esos músculos.
Algunas mujeres se sienten menos seguras con los cambios de su imagen corporal. Es importante que dediques tiempo al cuidado de tu aspecto. Te conviene saber que puedes seguir atrayendo a tu pareja. Eso te ayudará a relajarte y a estar más receptiva sexualmente.
A veces, después del parto, hay un descenso de la lubrificación vaginal, y es recomendable en tal caso, el empleo de lubricantes, además de dedicar más tiempo a los juegos preliminares, o probar con nuevas posturas, para evitar las molestias durante el coito.
Todo requiere tiempo y cada pareja deberá encontrar su momento para reanudar las relaciones sexuales completas. Por su parte, el ginecólogo, según sea la recuperación de la mamá, aconsejará el tiempo que conviene dejar transcurrir. No obstante, mientras tanto conviene recuperar la ternura, la complicidad, y las caricias que produzcan placer sin necesidad de llegar a la penetración. Poco a poco, irán recuperando física y psicológicamente la armonía sexual.
