El Cairo, (EFE).- El nuevo año traerá a Egipto un remozado sistema de taxis que pretende adecuar el servicio a los patrones modernos y desterrar la pesadilla que supone desplazarse por una caótica ciudad de 20 millones de habitantes.
Parar uno de taxis de color negro y blanco de la capital cairota es siempre un ejercicio de fortuna: si el vehículo está limpio, posee un asiento cómodo, no huele a gasolina y camina con el motor silencioso, sin trompicones, es un día de suerte.
Si, además, el manillar de la ventanilla funciona y puedes bajar el vidrio para que el humo del cigarrillo del conductor se mezcle con la polución exterior que oscurece el cielo, o cerrarla para que no entre el frío de la noche, puede uno sentirse dichoso.
Y es que, de los cerca de 50 mi taxis que se calcula que luchan a diario en las congestionadas calles de El Cairo, el 76 por ciento son vehículos tienen más de 12 años de antigüedad, y un cinco por ciento se incluyen en la categoría denomina modelos clásicos: más de treinta años de ajetreada vida.
"Compré esta taxi en 1990 y acabo de terminarlo de pagar. Hace años que le exigimos al Gobierno que nos ayudara. Ahora no creo que tenga fuerzas para embarcarme en otra deuda", responde Sayed Swidan, un chófer que posee plaza en un hotel de lujo de la capital cuando se le pregunta por los planes del Ayuntamiento.
Con el respaldo del nuevo Gobierno, las autoridades municipales pretenden poner en marcha un nuevo sistema de taxi que permitirá a cuatro compañías privadas llenar la ciudad de vehículos de color amarillo "similares a los que pululan por Nueva York".
Esta previsto que los nuevos taxis, ninguno de los cuales podrá tener más de cinco años de antigüedad, comiencen a aparecer en las calles a finales de enero.
Cada empresa tiene licencia para gestionar 2.000 vehículos, todos ellos con aire acondicionado y tracción a gas, en vez de la contaminante gasolina, explicó a EFE Abdel Qader Ismail, responsable municipal del proyecto.
En vez de deambular todo el día en el sentido que marquen las aleatorias necesidades de los clientes, los nuevos taxis gozaran de paradas establecidas y podrán ser requeridos por teléfono, ya que disfrutarán de un novedoso sistema de radio.
"Es un signo de civilización que reducirá los quebraderos de cabeza tanto para los turistas como para los egipcios. Además, ayudará a minimizar el problema de la contaminación y a solucionar el del tráfico, amén de crear nuevas oportunidades de trabajo", subraya Ismail.
Una de las principales novedades será, sin embargo, el fin del agotador regateo y la obligación de cobrar según marquen modernos taxímetros digitales.