Joaquín Rodríguez imparte un curso en el Icocult Laguna.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El séptimo arte es una de las manifestaciones artísticas más completas que hay. Se puede encontrar pintura, literatura, música, escultura, danza y toda la gama de expresiones que un cineasta proponga dentro de una película.
Para conocer más sobre esta cuestión, Joaquín Rodríguez está en La Laguna compartiendo su amplia experiencia en el tema, en el curso que se lleva a cabo en el Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna, titulado Apreciación Cinematográfica.
Y consciente de la importancia de aportar nuevas maneras de percibir el séptimo arte, Rodríguez comparte sus puntos de vista antes de iniciar la segunda clase ayer.
El joven cineasta no es ajeno a La Laguna, porque cursó el inicio de la carrera de comunicación en la Universidad Iberoamericana (UIA) Torreón, que posteriormente continúo en la Ciudad de México. Originario de Durango, confiesa que le gustó mucha la vida por estas tierras y aunque en un principio sólo venía por un año, se quedó por dos.
SUS INICIOS
Sobre su interés por el cine, Rodríguez no recuerda cómo surgió, sólo sabe que “desde niño me encanta”. No obstante, sí recuerda las primeras cintas que le causaron impacto: “Uyy, fueron muchas, no sabría decir cuál fue la primera, pero de lo que yo me acuerdo... Mary Poppins, me dejó verdaderamente enloquecido, pero no sé que edad haya tenido, siempre me encantó el cine, desde donde recuerdo yo ya estaba enganchado.
Joaquín ha participado como conductor y guionista de varios programas dedicados al cine y, actualmente, es crítico y reseñista en dos de las revistas dedicadas a este arte en México, pero también es actor: “Salí de la Ibero y estudié actuación en una escuela que se llama Foro de Teatro Contemporáneo con Ludwik Margules, por fortuna o por desgracia, no lo sé todavía -comenta entre carcajadas-, es que es tremendo el señor.
“En mi evaluación final me dirigió en el montaje La Señorita Julia, de Strindberg. En esa generación entramos 28 y sólo seis logramos sobrevivir a Margules. De todos ellos, el único que es muy conocido es Plutarco Haza, pero los seis estamos trabajando, yo he seguido haciendo teatro todos estos años, bueno Plutarco también, sólo que el tuvo la suerte de que hizo televisión y se volvió más famoso. También de mi generación es Lucía Muñoz, no la ubica nadie pero ella se ganó un Ariel de Mejor Actriz hace ya como siete u ocho años, con Principio y Fin de Ripstein”.
EL CRÍTICO
Joaquín tiene todas las bases para poder emitir su crítica sobre una cinta: “Yo creo que hay muchísimos elementos teóricos de donde ‘agarrarse’ para evaluar una película y son los que yo pretendo utilizar”.
Asegura que como crítico cinematográfico se tienen un montón de elementos para juzgar una película a partir del desarrollo del guión, de su hechura, de cómo esta filmada, de su fotografía, de la música, de su ideología, de la postura política... “Tú puedes evaluar una película desde cualquier ángulo, pero en última instancia siempre pesará mucho también el gusto personal, yo creo que eso es vital.
“Tu puedes evaluar una película desde todas las trincheras teóricas y puedes llegar a la conclusión de que es una excelente película, una obra maestra. Pero si a título personal la película no te atrae y te aburre, contra eso no puedes hacer absolutamente nada”.
Para este crítico, es sumamente vital la conciencia y la capacidad de saber distinguir entre una buena y una mala película. “Todo lo que está en la cartelera comercial son malas películas, voy a sonar un poco ‘izquierdoso’ aunque no lo soy, pero casi todo lo que nos llega de Hollywood actualmente me parece que son muy malas películas; aunque es una industria y se rigen en función del dinero y si lo que están haciendo les funciona y les da a ganar más que nunca en su historia, pues bueno, que lo sigan haciendo, no se tienen que preocupar de elevar su nivel sobre todo hablando de guiones, si la gente no lo está exigiendo, si se siguen consumiendo esos productos. Lo último que vi que me pareció horrendo fue El Aro 2, una pésima película”.
¿ARTE O NO?
El maestro es contundente al decir que el cine de arte no existe. Precisamente, la clase de ayer se trató un poco de eso. “Yo creo sólo hay buen cine y mal cine, llámese comercial o llámese de arte. Hay cine de arte que es muy malo, además es muy ambigua la etiqueta, ¿qué es en realidad y qué no es cine de arte?”. Asegura que este concepto es una etiqueta que se inventó a partir de la década de los 60, “antes no existía, entonces cómo es que mucha de nuestra producción de antes de los 60 es cine de arte, el concepto no existía y quienes hicieron esas películas no tenían la menor intención de hacer cine de arte, por el contrario. Cómo te explicas que lo que hizo Búster Keaton, o lo que hizo Charlie Chaplin o Harold Lloyd sea considerado cine de arte, ellos jamás se lo plantearon, por principio de cuentas se estaban ganando la vida, lo que querían hacer era comedia y cosas que divirtieran al público y que les permitieran seguir vigentes”.
Comenta que tal vez Chaplin sí buscaba la trascendencia por sus preocupaciones sociales, porque siempre todas sus películas están imbuidas de una serie de mensajes, “pero yo creo que nunca se cuestionó hacer cine de arte. Por eso yo me atrevo a decir que no existe.
Por ejemplo, mencionando algo súper comercial, lo que hizo Peter Jakson para El Señor de los Anillos, creo que no se cuestionó si estaba o no haciendo cine de arte, y sin embargo -al margen de las opiniones que cada quien tenga- son muy buenas películas y sobre todo en los círculos más selectos de la crítica europea hay quienes las consideran ya grandes obras de arte.
“Si te fijas, en las muestras de cine hay películas que tenían toda la pretensión de ser obras de arte pero que quedaron horrorosas, entonces yo les diría a las personas que dicen: ‘voy a ver cine de arte’ que son muy pretenciosas, me parece mejor decir: ‘quiero ver una buena película’, eso me parece más válido y más honesto.
EN MÉXICO
Reconociendo que aún queda mucho camino por recorrer en cuestiones de cine nacional, Joaquín expresa su inconformidad al respecto: “El espectador en México está muy malcriado, yo no creo que el público sea idiota, pero si está un poco idiotizado. Cuando yo era niño, el público mexicano veía mucho más cine que no era de Hollywood, pero de repente no sé que pasó que en los años 80, la cartelera mexicana fue invadida por Hollywood, fue terrible”.
Y afirma que ahora cuando llegan propuestas de otras latitudes, es difícil que el espectador, primero quiera ir a verla, segundo, la asimile; “no es que sean tontos, lo que pasa es que ya no estamos educados visualmente para otros tipos de lenguaje y lógicamente cuesta trabajo. A mí me ha costado trabajo a veces”.
Sin embargo, el cine como simple entretenimiento también tiene su lado positivo: “Hay veces que las personas no están con el humor o con la energía para ver una película densa, también es un entretenimiento, y a mí, bueno decir que soy muy exquisito, pues no, a veces también tengo ganas de ver una cosa ligera, es decir, que cumpla con la finalidad de simple y sencillamente hacerme pensar en otra cosa, eso también es válido”.
El cineasta dice que le parece lamentable la situación actual del cine mexicano, “a partir de los 90 la industria del cine en nuestro país se acabó. Y no hay posibilidad -por lo menos hasta ahora- de que renazca esa industria. No es una cuestión de falta de talento, es cuestión de que no hay la infraestructura, quedó aniquilada y aunque no me gusta entrar en temas de política, tengo que decir que las condiciones políticas y económicas actuales no permiten que haya una industria cinematográfica en México y mientras no la haya, la creación en México estará muy limitada”.
El cortometraje
Uno de los géneros que casi no ha tenido difusión es el cortometraje y Joaquín Rodríguez lo confirma: “Por razones de costo dentro de la industria cinematográfica el corto no tiene cabida, no lo han sabido insertar, aunque el interés de los creadores y del mismo público es muy claro”.
Joaquín opina que los cortos no sólo son una ventana por la cual se pueden descubrir nuevos directores, “sino también es una manera muy refrescante de ver historias cortas. Es como en la literatura: hay novelas y hay cuento, el cortometraje es el equivalente al cuento. La mayor parte de los directores solo ven al corto como un escalón para llegar al largometraje”, concluye.
Consejos
Dos recomendaciones básicas de Joaquín Rodríguez para apreciar mejor una película:
1.- Dejarse llevar por cada uno de los elementos de la cinta.
2.- No poner tantos reparos, es decir, no prejuiciar el trabajo cinematográfico.
3.- Dejarse seducir por la imagen, es decir, dejarse llevar por los cuadros.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón