Heinrich Pfeiffer aclara los secretos de los frescos más famosos del Vaticano.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Cada detalle tiene un sentido. Los colores y los personajes de la Capilla Sixtina encierran un lenguaje codificado por Miguel Ángel, que Heinrich Pfeiffer vino a revelar a los laguneros ávidos de la historia del arte.
El sacerdote jesuita de origen alemán concluye hoy el curso Las Pinturas de la Capilla Sixtina, en las instalaciones del Instituto Panamericano de Alta Dirección (IPADE), bajo la coordinación del Centro Cultural Arocena Laguna.
Asegura Heinrich que estas pinturas son como música con colores de sobra. ?Quiero demostrar que todo (el mensaje) se puede determinar en sentido de los colores, es un lenguaje que Miguel Ángel ha tenido que aprender, y vengo a enseñarlo a la gente para que puedan disfrutar del sentido cristiano de estos frescos?.
Y sí, claro que existen claves y secretos eclesiásticos inmersos en la Capilla Sixtina, confirma el experto en arte. ?Porque no fue edificada para los turistas, sino más bien para un grupo muy restringido que han tenido la posibilidad y el derecho de participar en las funciones más solemnes en el Vaticano, como la elección de cada uno de los Papas, para eso fue construida?.
Entonces, comenta que a través de esas imágenes la Iglesia pretende enseñar la historia de la fe católica. ?Es como una verdadera catequesis que te queda en la mente, porque todas las cosas son más fáciles con imágenes, éstas quedan más fácilmente en la memoria?.
Y es que dice que más allá de la mente y la capacidad de los artistas que expresaron su arte en la capilla, está la contemplación de la máxima autoridad, de la figura papal.
Sacerdote jesuita, historiador de arte y eminente catedrático en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, el padre Pfeiffer tiene la obligación actualmente de estudiar la iconografía religiosa. ?Todos estos frescos del Vaticano, la iconografía cristiana y en particular de la imagen de Cristo son mi trabajo, estudiar la relación que tienen elementos como la Sábana Santa en el arte, o un velo que ahora es mi primordial objeto de estudio?.
Especialista en el tema, se atreve a asegurar que ?en la iglesia se ha desarrollado un arte totalmente nuevo ligado a la liturgia, prácticamente se trata de acercar a grandes eventos, la conciencia que son hijos de Dios, que Cristo es la cabeza?.
Recuerda que desde la Revolución Francesa los artistas se habían alejado de la Iglesia, pero ?hoy es necesario un nuevo acercamiento entre la teología y los creadores, Juan Pablo II ha tenido mucha razón, y existe una gran necesidad de este nuevo acercamiento?.
Deshonesto, Dan Brown
Dice que no leyó completo El Código Da Vinci, pero se atreve a opinar que no se puede crear confusión entre la ficción y la realidad.
?O se hace solamente una ficción y se deja fuera, por ejemplo el Opus Dei, o se hace una verdadera y buena investigación sobre el Opus Dei?, apunta refiriéndose al libro de Dan Brown.
Agrega que ?no se puede hablar de esa manera de Cristo y de María Magdalena sin hacer una verdadera investigación, el que lo hace está mezclando ficciones, mentiras y se puede definir como algo que de ninguna manera es honesto, quiero decir al autor que eso no es honesto?.
Algunos mitos
Muchas son las leyendas y teorías que desde hace 500 años envuelven a los techos de la Capilla Sixtina y a su enigmático e ingenioso autor, por ejemplo:
-Según apunta un reciente estudio, Miguel Ángel no sólo habría plasmado pictóricamente historias de la Biblia, sino que también habría dejado constancia de sus amplios conocimientos de anatomía; se dice que este legado médico lo dejó plasmado en 34 de los 38 páneles del techo de la Capilla.
-Hace 15 años, el norteamericano Frank Meshberger afirmó que la nube que rodea a Dios en la Creación de Adán se parecía mucho a una sección del cerebro.
-?Éste es el camino de las generaciones. Non omnis moriar (no moriré del todo). Lo que hay en mí de indestructibles, ahora se encuentra cara a cara con el que es. Así se pobló la pared central de la policromía sixtina?, escribió en uno de sus poemas el Papa Juan Pablo II.
-Sobre la bóveda de la Capilla desarrolló un intrincado sistema decorativo-iconográfico, en el que se incluyen nueve escenas del libro del Génesis.
-En 1481, Boticcelli fue llamado a Roma para pintar parte de la Capilla Sixtina; cuando en 1484 regresó a Florencia, su estilo se volvió más áspero y se retiró de la vida pública para ilustrar El Infierno de la Divina Comedia de Dante Alighieri.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
