El reto de este domingo es vencer la apatía. Coahuila está entre los estados con mayor nivel de abstencionismo con un 48.97 por ciento, contra un 65 por ciento de Durango, que es el más alto registrado hasta el pasado proceso del Estado de México en este año.
Una sociedad madura es que aquella que ejerce libremente el derecho de elegir a sus gobernantes, así que más allá de los colores y preferencias es necesario que todas las personas mayores de 18 años participen en la fiesta cívica que es el proceso electoral.
En la jornada del próximo domingo 25 de septiembre habrá de elegirse gobernador, alcaldes de los 38 municipios y 20 diputados de mayoría en igual número de distritos.
La tarea de vencer la apatía no es sencilla. De acuerdo a un muestreo realizado por el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, dado a conocer en el mes de agosto, más del 84 por ciento de los coahuilenses no saben ni siquiera la fecha en que se realizarán las elecciones. Dato por demás preocupante para un estado que anhela alcanzar el desarrollo y un mejor nivel de vida.
Y es que la participación electoral debe ser una preocupación fundamental de los regímenes democráticos. Así pues el abstencionismo no es más que un síntoma de decadencia de nuestra sociedad. Por muchos años los mexicanos nos quejamos por no tener el derecho de elegir a nuestros gobernantes en procesos transparentes, hoy es necesario aprovechar esta oportunidad.
El muestreo realizado por Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, que constó de 508 encuestas, aplicadas la mayoría de ellas en las regiones Laguna y Sureste con personas mayores de los 18 años, menciona los principales motivos por los que los ciudadanos no salen a las urnas, entre los cuales están: indiferencia, falta de credibilidad y de tiempo. Éstas tres fueron las “justificaciones” más veces mencionadas por los entrevistados.
Hoy cuando la alternancia es una realidad y que la moneda está en el aire cada vez que se realizan elecciones en diferentes partes del país, ya no caben excusas del “¿para qué ir a votar?”. El problema tiene su raíz en la falta de educación y por ende conciencia cívica, son los sectores con mayor ingreso económico y por ende un mejor contexto cultural, quienes participan con mayor ahínco en los procesos electorales. De ahí la importancia de fomentar desde la infancia el derecho al voto.
Debemos recordar que la esencia de la democracia se sostiene en la habilidad de la ciudadanía para seleccionar a sus propios líderes mediante el sufragio. Por eso más allá de quienes sean los ganadores, Coahuila tiene una nueva oportunidad de derrotar a la apatía y al abstencionismo, finalmente el verdadero enemigo a vencer.
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