Bastante caro le ha salido al alcalde de Torreón, Guillermo Anaya, el fiat notarial otorgado por el ex gobernador de Coahuila, Enrique Martínez. En los últimos días las críticas han arreciado contra el panista.
El presidente municipal ha atribuido los señalamientos al proceso interno de Acción Nacional del próximo domingo 11 de diciembre, donde el torreonense busca una candidatura para convertirse en senador de la República. Así pues, denuncia parcialidad de Esther Quintana, dirigente estatal del albiazul, hacia la figura de Ernesto Saro Boardman.
El argumento de Anaya puede ser cierto, pero el alcalde olvida aspectos importantes. El primero de ellos es que únicamente ha renunciado a su fiat de manera verbal, por lo que de acuerdo a la Ley es notario con licencia, la misma situación se presenta con Jesús de León Tello. Ambos políticos se comprometieron ante los medios de comunicación a renunciar al fiat notarial, pero no lo hicieron. Omisión que políticos y empresarios han calificado como un engaño.
En rueda de prensa, celebrada el día de ayer, Guillermo Anaya afirma que ya mandó una carta a Manuel Espino, dirigente del CEN panista, para informarle de su renuncia al fiat. Pero aquí la pregunta es ¿por qué mandar una misiva al presidente nacional de su partido y no al Congreso del Estado, órgano que otorgó el beneficio al presidente municipal?
Por otra parte, están las críticas del Colegio de Notarios Públicos de La Laguna en voz de su presidente, José Ortiz Barroso, quien de manera tajante asegura que “con su engaño, Guillermo Anaya y Jesús de León Tello, desprestigian al notariado y ponen en entredicho la llamada fe pública”.
Para el Colegio de Notarios Públicos de Torreón la renuncia fue mentira y los políticos sólo pidieron licencia como lo demuestra la publicación del Periódico Oficial del Estado del 29 de noviembre. Ante la controversia Guillermo Anaya y Jesús de León Tello están obligados a ser congruentes y renunciar al beneficio obtenido, gracias al ex gobernador, Enrique Martínez.