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BARCELONA, ESPAÑA.- El realizador mexicano Arturo Ripstein afirmó que el cine fotográfico acabará por desaparecer ante las ventajas que ofrece la película digital, que es más barata, democratizadora y más cercana con el actor.
Este gran cambio tecnológico es algo inevitable y con el que la industria cinematográfica tal y como está estructurada en la actualidad acabará desapareciendo, aseveró durante su conferencia en el Festival de Cine Digital (DiBa) de esa ciudad española.
Al respecto, declaró que "mi corazón es de celuloide, porque durante 35 años hice películas fotográficas, pero mi cabeza no, está en otras cosas", aseveró Ripstein en el acto celebrado en la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
Gracias a la cámara digital, explicó, se abaratan mucho los costos, con lo que un director novel no tendrá que invertir todo su dinero en un sólo proyecto, sino que grabará éste con cámara digital pensando en que no será el último que haga.
"Pero esa libertad que obtiene el realizador no puede hacerle olvidar la necesidad de crear siempre un buen producto, porque una buena película te financia las siguientes", apuntó el director mexicano.
Uno se siente liberado de esa espada de Damocles, porque muchos jóvenes que estudian cine en escuelas especializadas piensan que para ser realizador hay que llevar una gorra de beisbol, disponer de material de grabación potente y ordenar a decenas de personas desde una silla que diga "director".
Ripstein fue uno de los creadores invitados al DiBa en su primera edición, que le dedicó una retrospectiva de su obra, con la proyección de Así es la Vida, La Perdición de los Hombres y la Virgen de la Lujuria, en las que explora las complejidades del nuevo lenguaje digital.
Soy el primer cineasta en América Latina que hace películas con el proceso digital, algo curioso porque soy de los directores en activo más viejos de México, donde a los jóvenes que se dedican a esto les horroriza, les parece artificial, consideró.
En su opinión, el cine digital sólo tiene ventajas, una postura que fue rebatida por el profesor de Comunicación Audiovisual de la UPF, Joaquim Jordá, para quien esta nueva tecnología provocará la fragmentación del público ante las numerosas cintas que se crearán de forma rápida y sencilla.
La aparición del video como sistema de producción cinematográfica dará lugar a un vasto "cine amateur que será seguido por sectas de iniciados en cualquier parte del mundo", porque quienes ahora hacen cine digital han olvidado el uso de las filmotecas.
El problema, subrayó, es que saben muy poco de video porque no saben nada de la cámara, y lo que más les cala es la tentación de la mirada total y omipresente que permite el objetivo de la cámara digital, al estilo de un Big Brother.
Ripstein, quien inició su experiencia con la digital hace cinco años en Así es la Vida, afirmó que esa tendencia a "vivir vicariamente" no se trata de algo ético o no ético, sino que "es aburridísimo y es algo que yo nunca haría".
El realizador nacido en el Distrito Federal en 1943, hizo una defensa perseverante de la nuevo formato de grabación cinematográfica, porque el virtuosismo y la perfección técnica que permite la cámara digital llegará muy pronto y es inevitable.
Agregó que otra de las características positivas de la cámara digital es que fomenta la democratización, ya que hace más accesible, tanto por costes como por medios, que un director grabe su proyecto.
Sin embargo, subrayó, la industria cinematográfica mayoritariamente ha sido muy conservadora y se resiste a hacer grandes cambios, por lo que no quieren ni oír hablar de proyectos digitales y les proponen sugerencias de todo tipo para que elijan la opción tradicional.
Pero el público no acudirá a las salas de cine sólo porque ahora la película esté grabada con el sistema analógico, ya que este cambio no supone ninguna modificación en lo que el espectador ve en la gran pantalla.
Como el producto es idéntico, pues lo que cambia es la forma de grabarlo, no hay distribuidor que lo acepte, dijo Ripstein en alusión a las grandes compañías cinematográficas de Estados Unidos que controlan el mercado internacional de distribución de filmes.
El certamen Diba, que concluirá este domingo, cuenta con unaprogramación que incluye la proyección de más de 50 producciones (películas, documentales y videoclips) en las que podrá verse el mejor cine digital estrenado en 2005.