Panamá, (EFE).- Más de cien mil especies de flora y fauna han desaparecido en los últimos cinco años en América Latina víctimas de la deforestación indiscriminada y la degradación de suelos y costas, informaron conservacionistas de Iberoamérica.
Los expertos abrieron sobre la mesa de debates en el Centro de Convenciones Atlapa, de la capital panameña, el mapa que muestra la pérdida de biodiversidad y formularon políticas para revertir o al menos frenar un fenómeno que amenaza la propia vida del hombre.
Más de 200 especialistas concluyen su "Encuentro Iberoamericano de Desarrollo Sostenible" (EIMA), que fue inaugurado por el viceministro de Comercio e Industrias, José Manuel Paredes, el embajador de España, Gerardo Zaldívar, y el presidente de la Fundación CONAMA, de España, Gonzalo Echague.
El encuentro, al que asiste un millar de personas entre funcionarios, técnicos, diplomáticos y empresarios de Iberoamérica, ha sido patrocinado por España y otras instituciones y compañías trasnacionales que acudieron a mostrar lo último en tecnología para una producción limpia y con respeto a la naturaleza.
Un funcionario de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), una de las instituciones que patrocinan el EIMA, dijo a EFE que la pérdida de las especies ha obligado a los gobiernos a aprobar leyes sobre producción y conservación que castiguen con la misma fuerza en los diferentes países, por ejemplo, la tala indiscriminada.
Recordó que Panamá ha perdido en el último siglo tres millones de hectáreas de bosques naturales y miles de especies animales a manos de depredadores, la población pobre y la industria mal concebida.
Sólo entre los años 1992 y 2002 se perdieron más de 330 mil hectáreas por incendios forestales ocasionados por mano criminal, tala desenfrenada para la industria y para la subsistencia de los pobres, situación que afecta al 40 por ciento de los panameños.
En Panamá, añadió, la corteza terrestre está siendo afectada por la erosión, debido al mal uso del suelo, al aumento de la contaminación de sus ríos y los ecosistemas marinos y al crecimiento desordenado de la población asentada en los alrededores del Canal.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) llevó a cabo el año pasado una especie de "inventario" de la población, tierra, flora y fauna que habita en la cuenca hidrográfica, para garantizar el recurso hídrico y la calidad de vida en la zona de 2005 a 2025.
El amplio estudio, según la ACP, busca la armonía entre los planes de desarrollo del Canal y la calidad de vida de los 35 mil campesinos que habitan esa área.
En dicho "inventario" se identificaron 1.342 especies de plantas en la región, de las cuales 173 tipos están en peligro de extinción, otras 40 especies son de interés científico y otras 35 han sido catalogadas de interés medicinal por laboratorios internacionales.
En esta gran zona hay cientos de especies de aves consideradas raras, porque no existen en otras partes del mundo, así como de insectos, anfibios, reptiles y mamíferos.
Durante el encuentro, los expertos trataron por bloques los grandes temas de estudio, como el crecimiento de las ciudades y sus necesidades, cambio climático, biodiversidad, infraestructuras y gestión empresarial.
Entre los logros de este encuentro, figura la oferta a empresas panameñas de ayuda financiera por parte de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), para estudios ambientales incluidos en el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).
La AENOR, según un comunicado de la ANAM, ofreció a las empresas costear el 50 por ciento de la financiación para consultorías en la aprobación de estudios ambientales incluidos en el MDL.
La entidad operacional ofrece estos servicios tomando como base la aprobación del proyecto hidroeléctrico en Los Algarrobos, en la provincia panameña de Chiriquí, ejecutado por la empresa española Unión Fenosa.