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El impacto/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“Espero que no suceda nada que afecte la economía, que afecte las finanzas del país, y ojalá reflexionen quienes están

impulsando esta arbitrariedad”.

Andrés Manuel López Obrador

Hay razones para pensar que la turbulencia política, manifestada particularmente en el proceso de desafuero del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, ya está teniendo un costo en los mercados financieros nacionales.

El pasado seis de marzo la Bolsa Mexicana de Valores alcanzó una marca de 13 mil 877.69 unidades. Ayer, a pesar de un repunte provocado claramente por un fuerte desempeño de los mercados estadounidenses, el índice de precios y cotizaciones se encontraba en 12 mil 627.51 puntos. En tan solo tres semanas, sin que haya existido ningún factor económico para explicarlo, había perdido casi nueve por ciento y borrado completamente la ganancia acumulada en los dos primeros meses de 2005.

Este descenso tan abrupto de la Bolsa Mexicana se ha registrado en un momento en que los mercados de Estados Unidos, que muchas veces marcan la pauta de lo que acontece en México, tuvieron un desempeño saludable. Esto sugiere que son factores internos los que provocan el descenso mexicano. Y el único que parece explicar realmente el fenómeno es el proceso de desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

También las tasas de interés parecen estar reflejando una mayor incertidumbre de los inversionistas. Es verdad que la Reserva Federal de los Estados Unidos ha venido elevando gradualmente las tasas de interés en la Unión Americana. Pero éstas siguen siendo bajas e incluso se encuentran por debajo de la tasa de inflación. No explican, por lo tanto, la situación de México.

Ayer, por ejemplo, los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 90 días ofrecían un rendimiento de 2.8 por ciento al año, cifra inferior a una inflación de tres por ciento. En México, en contraste, los Cetes o Certificados de Tesorería a 91 días tenían una tasa de interés de 9.9 por ciento, casi el doble que la inflación de 4.3 por ciento.

El “riesgo país” de México, que es la diferencia del rendimiento de los bonos soberanos de México en comparación con los de Estados Unidos, sigue teniendo niveles muy bajos y por lo tanto muy positivos para nuestro país. El pasado 23 de marzo nuestro riesgo país era de 182 puntos base, lo cual equivale a 1.82 puntos porcentuales. Esta cifra se compara muy favorablemente con la de 460 puntos base que en esa misma fecha registraba Brasil y, por supuesto, con los cinco mil 100 puntos base de Argentina, país que ha dejado de pagar su deuda pública. Pero lo realmente significativo es que ese riesgo país de México ha venido subiendo en las últimas semanas como consecuencia de la incertidumbre política.

El desafuero no es el único factor que está generando inquietud en los valores financieros mexicanos. También la creciente posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador llegue a la Presidencia de la República en 2006 es motivo de preocupación. Esta situación no debería sorprender. En general los candidatos de izquierda provocan mayor inquietud inicial entre los inversionistas que los de derecha.

Recordemos que en el año y medio que precedió a la elección de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil los mercados brasileños sufrieron una presión realmente enorme. La preocupación de los inversionistas, no obstante, se mitigó con rapidez cuando Lula empezó a tomar ya medidas como presidente de Brasil. Su moderación financiera fue crucial para obtener esta tranquilidad, la cual se reflejó en una recuperación sólida de los mercados.

Los inversionistas seguramente sentirán esa misma inquietud mientras exista la posibilidad de que López Obrador se convierta en presidente de México, mientras se sigan preguntando qué izquierda representa Andrés Manuel? ¿Será un gobernante sensato como lo han sido Felipe González en España, Tony Blair en el Reino Unido, Ricardo Lagos en Chile o Lula en Brasil? ¿O transitará por los caminos radicales que ya marcaron el cubano Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez? Las dudas sólo se despejarán cuando López Obrador sea presidente de México.

Mientras tanto lo que hay es incertidumbre. La posibilidad de inhabilitación de Andrés Manuel genera inquietud, como también la perspectiva de que llegue a la presidencia. Las dudas sólo se extinguirán cuando se agote la posibilidad de inhabilitación, cuando López Obrador sea derrotado o cuando tome sus primeras medidas como presidente de México.

MAQUILAS

La industria maquiladora está en franco crecimiento. En los 12 meses concluidos en enero, su expansión fue de 7.8 por ciento. Un millón 144 mil mexicanos trabajan ya en la maquila. Muchos políticos e intelectuales siguen menospreciando estos empleos, pero porque no tienen que salir a buscar trabajo en el mundo real.

Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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