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El manotazo de Andrés

Adrián Rueda

Cuando la semana pasada doblegó a las corrientes que buscan la dirigencia del PRD y anunció oficialmente que él será el candidato de ese partido a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador tomó el poder del Sol Azteca. El tabasqueño no tuvo ni siquiera que despeinarse para obligar hasta los más reacios a pactar con él y apoyar a Leonel Cota para el CEN, y a Martí Batres para el DF, dejando ver todo su peso. La fuerza interna que mostró el jefe de Gobierno fue tal, que sus rivales fueron puestos contra la pared y obligados a negociar en condiciones completamente desventajosas para ellos. Pero eso no fue todo, apenas apretó las tuercas a la tribus, Andrés Manuel anunció que aún desde la cárcel será el candidato del PRD a la Presidencia de la República. Con esa declaración dejó para siempre en el olvido su tan famosa frase que durante cuatro años usó de que lo dieran por muerto para 2006, que por supuesto nadie le creía. Pero el asunto tiene más fondo, pues López Obrador ya decidió que él será el candidato del Sol Azteca, sin importar lo que pueda decir su partido o los demás aspirantes. Para "El Peje" no existe, por ejemplo, Cuauhtémoc Cárdenas, quien aspira a ser el abanderado del Sol Azteca por cuarta ocasión. Tampoco existen los órganos internos del partido ni los militantes, que supuestamente son los que tienen que elegir y sancionar la elección interna del candidato. Nada se puede oponer ya a la candidatura del tabasqueño, según él, porque ya se destapó y dijo con todas sus letras que si lo desaforan se registrará desde la cárcel. A López Obrador se le pretende desaforar por desacato, o sea por no respetar la Ley, lo cual es una constante en su historia, que aplica incluso al interior de su partido. Sin contar sus manifestaciones, marchas y tomas de pozos petroleros, no hay que olvidar que "El Peje" llegó a jefe de Gobierno violando desde entonces la Ley. Cuando se inscribió para competir como candidato no cumplía con la residencia, y sin el menor recato torció la Ley para que Laura Itzel Castillo, hija de don Heberto, le extendiera un comprobante, pues en este tiempo era delegada en Coyoacán. Desde entonces Andrés Manuel mostró su desprecio por la Ley y la libró. Ya como autoridad, hasta 2003 con una Asamblea Legislativa sin mayoría perredista, siguió mostrando su desprecio por la Ley. Nunca acató las leyes emanadas de la diputación local; las sustituyó por bandos, las vetó y cuando no tuvo otro remedio las aceptó pero jamás las publicó para su entrada en vigor. Ahora viola los reglamentos internos de su propio partido al imponer a todos los dirigentes, oficializarse como candidato sin ninguna consulta previa, aunque sea por cortesía. La paradoja es que Andrés Manuel le pasa por encima a su partido de una manera no muy legal para imponer dirigentes, y además lo obliga a defenderlo de la Ley que le quiere aplicar el Poder Judicial.

Pasa por encima de la Ley y de la sociedad al no obedecer la orden de un juez y ya metió a la sociedad civil a su defensa, haciendo un irresponsable llamado a la confrontación.

Centavitos... Hoy concluye en la sede del PAN capitalino la pasarela de los aspirantes a la dirección nacional del partido, que buscan los 40 votos de los consejeros del DF.

jadrian02@yahoo.es/adrian.rueda@eluniversal.com.mx.

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