Bienvenida a la semana nacional de vacunación. Esta semana ha empezado, y creo que es justo que llevemos a nuestros perros a vacunar. Recuerdo que la última vez que llevé a mi perro me tocó observar personas que llevaban a sus perros atados con extensiones eléctricas, mecates e incluso cuerdas. Los llevaban con cariño y ánimo de cuidarlos. Se veían limpios, como si los hubiesen bañado debido a la ocasión y muy contentos. Incluso no dudo que algunos de ellos se hayan sentido ?queridos? y fuese su primera vez en experimentar el caminar con una correa al cuello. Esta escena nos demuestra que no se necesita mucho para poder brindarle a un perro el trato que merece. Con amor, paciencia y mucha determinación se puede lograr una muy buena calidad de vida para nuestros perrunos amigos. Los perros no son exigentes; hasta ahorita no he sabido de algún perro que haya exigido dinero o lujos. Ellos piden comida, agua, un lugar donde acostarse y mucho cariño. Ésas son cosas fáciles de dar, pero nos gusta complicarnos la vida y les hacemos su vida muy difícil. Son muchos los perros que se encuentran en las calles, que andan deambulando sin dueño por la ciudad y que están expuestos a la rabia que se avecina con la entrada del calor. Ésta es aparte una buena ocasión para poder convivir con nuestro amigo canino, para preocuparnos por él y mejorar nuestro trato hacia él. La semana de vacunación canina es gratuita, al igual que las esterilizaciones en los centros antirrábicos, sólo debemos dedicar un poco de nuestro tiempo para poder ofrecerles una mejor salud. Eso es algo que no nos cuesta mucho y ellos lo agradecerán. Este fin de semana aprovechemos para salir con nuestros perros.
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