Esta historia habla de tres perros callejeros. Cierto día uno de ellos dijo a los otros: Compañeros, el hombre que nos trajo aquí es bueno. Nos salvó de la calle; de la sed, el hambre, el frío y hasta de la muerte. Gracias a él no morimos en la calle a merced de otros hombres o dentro de la perrera municipal. Me han dicho que está tratando de demostrar una teoría según la cual si suena una campana nosotros debemos salivar.
Hasta ahora nada de esto ha sucedido, pero les propongo que salivemos cuando él haga sonar esa campana. Así probará su teoría y no quedará mal ante sus colegas, y evitaremos que se burlen de él. Los perros aceptaron la proposición y desde ese día cada vez que el hombre hacía sonar la campana ellos salivaban, y aquel hombre se ponía muy contento.
Así nació la Teoría de los Reflejos Condicionados, de Pavlov. Esta teoría no se debió a la sabiduría de los hombres, sino a la bondad de los perros. Una vez más se nos demuestra por qué el perro es el mejor amigo del hombre. Ojalá y logremos ser los mejores amigos de nuestra mascota y en especiales de los perros.
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