Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

El Mejor Amigo del Hombre / Negrito

Arturo Castañeda Orduña

Dicen que la infancia es la mejor etapa de la vida. Que es cuando todo se nos hace más fácil, cuando somos más felices y nuestra vida corre sin ningún problema. Pienso que en los cachorros debe de ser igual. Ir despertando poco a poco al milagro de la vida, a los nuevos sonidos, los nuevos olores, nuevas sensaciones y qué mejor si se crece al lado de un niño que te quiera, te cuide y te proteja. Eso sería lo ideal, pero lamentablemente miles de cachorros se ven obligados a crecer en la calle. Hace pocos días lo pude constatar. Mientras desayunaba en un puesto de carnitas callejeras vi que poco a poco fue saliendo de la esquina un pequeño manchón negro, primero una pequeña nariz rosada, luego unas orejitas puntiagudas seguidas por un perfil negro con ojos café claros; y al final el can completo. Se acercó tímidamente, poco a poco, pero en cuanto escuchaba algún ruido (un camión pasando por ejemplo) se asustaba y buscaba rápidamente dónde esconderse. En cuanto alguien pasaba cerca huía del lugar y algunas veces se bajaba incluso a la calle. Empecé a observar cómo era tratado por algunas personas con indiferencia, y por otras como algo molesto. Cabe señalar que era tanto su miedo que no se acercaba hasta la fila; ni por error. Al ver todo eso empecé a pensar que era muy chico como para ser tan desconfiado y estar tan lleno de miedo. Que de seguro no había contado con una infancia feliz, que lo habían aventado a la calle, y a juzgar por su apariencia supuse que empezaba a pasar hambre.

La verdad no era un cachorro feo, se veía limpio como para andar en la calle, y se me hacía raro que no tuviera hogar. Fue entonces cuando me di a la tarea de recolectar lo poco que había de mis compañeros y juntarlo con la porción que le había separado. Al poner el plato en suelo mientras le hablaba algo lejos del local pude ver su sonrisa y su ternura mientras simultáneamente pensaba la razón por la cual le hacían el feo. Al acercarse pude ver un detalle por lo cual no lo querían, había perdido uno de sus ojos, a juzgar por la infección, y la pus había sido hace poco tiempo. En ese momento recordé los innumerables casos de perros que han perdido un ojo por estar escapando de palos y piedras a manos de niños y adolescentes sin conciencia. Lo peor de esto es que nadie lo va a querer adoptar en ese estado, somos tan vanales que si no tiene cuatro patas, dos ojos, una cola, dos orejas y es de ?marca? no aceptamos nada. Al acabar de comer el can escuchó el ruidazo de un camión y corrió despavorido hacía los adentros de la colonia a espaldas del local. No me ha quedado más que encomendarlo a Dios y esperar que lo adopte una familia que acepte con toda esa ternura y lealtad que sólo los perros pueden dar.

Wolfschauze@aol.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 145250

elsiglo.mx