Don Carucha es un pequeño viejito de más o menos 80 años. Todos los días anda buscando periódico, botellas y plástico que vender. No se sabe bien dónde vive, se dice que tiene varios lugares de descanso. Pero lo seguro es que siempre va acompañado de Tigre. Tigre fue encontrado junto con sus hermanos en un lote baldío y su madre moribunda. Tigre no conoció a su madre al igual que Don Carucha, ambos crecieron en las calles desconfiando de todos y viviendo al día. No sabemos mucho de la vida de Don Carucha y tigre, lo único que sabemos es que se le puede ver los días que pasa la basura buscando cosas para vender. Su aspecto no es muy limpio, mas sin embargo es tranquilo y respetuoso. Ambos intentan no buscarse problemas y prefieren muchas veces sufrir del rechazo de la gente. Tigre aparte de ser compañía ha servido para espantar a quienes han querido asaltar a Don Carucha, uno cuida del otro y aunque Tigre no es tan viejo comprende la edad de su amo y prefiere incluso caminar a su ritmo. A pesar de lo flaco y sucio Tigre tiene amigos que le dan agua, comida e incluso alguna que otra vacuna gratis. Don Carucha dice que tiene un hijo llamado Tigre, y prefiere darle más y mejor comida porque no sabe cuál será su futuro cuando muera. Una señora le ha insistido en que le deje a Tigre, pero Don Carucha insiste en que será hasta que él muera. Este martes me tocó verlos mientras cruzaban la calle, no tan lentamente como siempre, cansados, pero con la vida con delante. Eso creía yo, sin saber que Don Carucha corría contra reloj, pues algo le nublaba la vista, y le hacia sentir golpes en la cabeza. En un vuelco de aire Don Carucha cae, víctima de un infarto, en plena avenida, Tigre no sabe qué hacer, corre, le ladra, le lame los pies, la mano, la cara. Mientras los coches buscan esquivarlos Tigre les ladra, se ve desconcertado, se le ve la desesperación en la mirada. Hoy después de varios días de tristeza Tigre ha muerto, todos sabemos que fue de tristeza y dolor. Murió en casa de Doña Delia, la cual lo cuidó y a pesar de que ambos lloraron por Don Carucha no fue suficiente para evitar la partida de Tigre. Hemos vuelto a ver hasta donde ha llegado la lealtad de un can por su amo. Es algo muy peculiar cómo un perro podrá dar hasta la vida por su amo mientras que nosotros aun no logramos darles su lugar en nuestra vida.
Arturo Castañeda Orduña
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