Los pacientes con mal del hígado deben vigilar la cantidad de proteína, sal y evitar por completo el alcohol.
El menú del paciente con daño hepático tiene que ser individual, ya que se vigila la cantidad de proteína, sal y se evita por completo el alcohol.
Una dieta sana es vital para las personas que han sido atacadas por algún mal hepático, ya que diferentes excesos en la alimentación pueden deteriorar de manera significativa su calidad de vida.
El doctor Ignacio Aiza Haddad, director del Centro de Enfermedades Hepáticas del Hospital Angeles Interlomas, explica que el menú del paciente con daño hepático tiene que ser individual, al vigilarse la cantidad de proteína, sal y evitando por completo el alcohol.
Los alimentos son de gran importancia, deben ser asados y con poca grasa, y quienes han sufrido un mal del hígado deben comer carne únicamente dos veces por semana, en especial, de pollo, evitando alimentos muy frecuentes en la dieta del mexicano como: chicharrón, carnitas, embutidos, tocino y los patés.
Además, hay excelentes y sabrosos sustitutos, por ejemplo, según el especialista, un alimento muy benéfico es el pescado, que debe comerse cocido o a la plancha. No se recomiendan las sardinas en aceite, el filete de pescado empanizado ni el pescado enlatado.
Algunos otros comestibles que son de cuidado son la cebolla, los chícharos, los frijoles, las lentejas, la col blanca y roja, papas a la francesa y fritas, ensalada de papas con mayonesa, fruta muy ácida, como la toronja, así como fruta que no esté madura. Todos estos productos deben comerse con moderación.
Aiza Haddad dice que en cuanto al consumo de leche y productos lácteos, el porcentaje de grasa no debe sobrepasar 30%, pero pueden comerse con moderación queso fresco, leche descremada, yogurt, evitando los quesos grasos, leche condensada, bebidas de leche y la leche homogeneizada.
La guía para la alimentación del paciente con enfermedad hepática indica que no deben tomar las bebidas muy frías o muy calientes, refrescos gaseosos y café en abundancia. Aiza Haddad dice que lo fundamental es el consumo de dos litros de líquido en el día y tener conciencia que la alimentación adecuada brindará al enfermo la posibilidad de mejorar la funcionalidad del hígado.
Además de la dieta, menciona que el tratamiento de las enfermedades hepáticas depende del tipo del padecimiento. En ciertos casos, al retirar el factor agresivo (medicamentos, alcohol, drogas) el hígado podrá recupe rarse. En otros casos será necesario un tratamiento farmacológico.
Varios estudios, afirma, comprueban que Hepar-Merz (L-ortinina-L-aspartato) ayuda a eliminar el amoníaco que produce la inflamación hepática mediante estimulación de la síntesis antes disminuida de urea y glutamina. Con la administración de Hepa-Merz los enfermos manifiestan una mejoría en los síntomas como la función mental, el cansancio, sensación de saciedad, molestias en la región epigástrica, náuseas e inapetencia.
