Berlín, (EFE).- El Museo Bode, en la Isla de los Museos de Berlín, ha recuperado su antiguo esplendor tras la restauración de este edificio de estilo neobarroco guillermino, parcialmente destruido por las bombas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.
Wolfgang Tiefensee, ministro de Transportes y Urbanismo, y Bernd Neumann, responsable de Cultura, entregaron hoy simbólicamente las llaves del museo a Klaus-Dieter Lehmann, presidente de la Fundación del Patrimonio Prusiano, administradora de los Museos Estatales de Berlín.
Lehmann calificó de "milagro" la restauración porque permite no sólo ver en todo su antiguo esplendor el edificio, sino que combina las necesidades de un museo moderno.
El presidente de la Fundación del Patrimonio Prusiano precisó que la restauración ha costado 152 millones de euros.
El Museo Bode, construido entre 1896 y 1904 en la punta norte de la Isla de los Museos por el arquitecto de la corte Ernst von Ihne, reabrirá sus puertas al público a mediados de 2006.
El edificio albergará la colección de esculturas, el Museo de Arte Bizantino, el Gabinete Numismático y obras de la Pinacoteca de Berlín.
Los responsables de los Museos Estatales de Berlín ofrecerán como aperitivo cultural del 2 al 4 de diciembre a los berlineses y turistas la posibilidad de visitar el museo para admirar el edificio, después de cinco años de obras.
Una estatua ecuestre del emperador Federico III dará la bienvenida al visitante en el vestíbulo situado bajo la gran cúpula neobarroca del museo, signo de identidad del edificio.
En la restauración destaca el llamado "eje dorado", que une la entrada principal con la cúpula pequeña y que atraviesa la sala llamada basílica, una copia de la de San Francesco al Monte en Florencia (Italia).
El Museo Bode, considerado una de las joyas arquitectónicas de Berlín, abrió por primera vez sus puertas en octubre de 1904 con el nombre de Museo del Emperador Federico.
Fue inaugurado por el emperador Guillermo II coincidiendo con el que habría sido el cumpleaños del fallecido káiser Federico III.
El edificio quedó muy dañado por los bombardeos del 7 de febrero de 1945, hasta tal punto que las autoridades de Berlín pensaron en demolerlo, y lo hubieran hecho, si no llega a ser por una iniciativa popular que se opuso a ello.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la Isla de los Museos, complejo al que pertenece el Museo Bode, quedó en la zona soviética y se convirtió en el centro museístico de Berlín Oriental.
Las autoridades de la República Democrática Alemania (RDA) quitaron en 1950 la inscripción de Museo del Emperador Federico y la estatua ecuestre de Federico III y restauraron parcialmente el edificio deprisa y corriendo para poder reinaugurarlo en 1951.
En 1956, las autoridades comunistas rebautizaron el edificio con el nombre de Museo Bode, en homenaje a Wilhelm von Bode, antiguo director de la Galería de Pintura y la Colección de Esculturas Reales y el hombre que más enriqueció los depósitos artísticos de Berlín.
Tras la reunificación de las dos Alemanias y de las colecciones de los museos de Berlín, los responsables decidieron hacer un plan para devolver en 2015 el esplendor a la Isla de los Museos restaurando los cinco museos que la forman, cuatro de los cuales quedarán unidos por un paseo arqueológico en el subsuelo.
Para enlazar el Museo Bode con el Pérgamo, separados por un paso elevado del tren de cercanías, se ha construido un pasadizo en la cúpula pequeña que conectará con el paseo arqueológico.
También se está restaurando el puente de Monbijou, que unirá el Museo Bode con la otra orilla del río Spree y cuya inauguración también está prevista para mediados de 2006.
La Isla de los Museos fue declarada en 1999 Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
