“Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”.
Víctor Hugo
finalmente lo inevitable ocurrió. Ayer la Comisión de Justicia Partidaria del PRI tomó la decisión de suspender a Elba Esther Gordillo de sus derechos como militante del partido. Es sólo cuestión de tiempo para que se le expulse formalmente. La única manera de evitarlo sería que la maestra renunciara por sí misma.
Pero Elba Esther no puede quejarse. Tanto ella como los miembros de su grupo político han desatado un abierto hostigamiento a Madrazo. En cada una de sus presentaciones públicas, el tabasqueño ha tenido que lidiar con actos de acoso. Parece que quisiera despojarlo de su derecho a hacer política.
Hay buenas razones, por otra parte, para pensar que la maestra ha financiado la campaña de anuncios que preguntan “¿Tú le crees a Madrazo? Yo tampoco”. Si faltaba alguna duda de la actitud de Elba Esther, ésta se desvaneció en la amarga disputa que tuvo con Madrazo en el programa radiofónico de Joaquín López Dóriga de este martes 15 de noviembre. Si bien Madrazo trató a ratos de ser conciliador, la maestra era una furia que hizo del insulto su argumento. Finalmente sus palabras la condenan: ella aceptó que hará todo lo posible porque el candidato del PRI no gane la elección de 2006.
La maestra no puede decir que cayó en una celada en el programa de radio. Fue ella quien quiso entrar al aire cuando Madrazo estaba siendo entrevistado por López Dóriga. Era ella quien buscaba la confrontación y quien trató de acorralar al candidato priista. Al final ni siquiera escuchamos un debate de altura: sólo un intercambio de descalificaciones en el que quien tenía la posición más agresiva y agria era Elba Esther.
Es difícil saber qué pasaba por la mente de la maestra cuando decidió atrapar a Madrazo en una discusión que había de convertirse en enfrentamiento. ¿Quería realmente sacar ventaja política? ¿Exhibir públicamente a Madrazo? Si era así, no lo consiguió. Para la mayoría de los priistas, los cuales lentamente han empezado a cerrar filas en torno de su inevitable candidato, los desplantes e insultos de Elba Esther no han servido más que para ratificar un rechazo a la maestra.
Madrazo, de hecho, puede agradecerle a la dirigente sindical el nuevo ataque. Éste le ha permitido un avance en el logro de esa unidad interna del partido que él tanto necesita. Las críticas de Elba Esther fueron demasiado viscerales para generar un apoyo entre los priistas. Madrazo se levanta así como vencedor de la batalla, no porque tenga grandes virtudes como orador o como político sino porque sus defectos palidecen ante la agresividad de Elba Esther. Muchos son los priistas que piensan que él trató de ser tan paciente y tan tolerante como era posible frente a la maestra.
Los antipriistas, por supuesto, están felices con el espectáculo de dos dirigentes del PRI metidos en un pleito de verduleras. Pero no ven a Elba Esther como heroína. El PRD ha aprovechado el enfrentamiento para subrayar su tema de que Carlos Salinas de Gortari es el verdadero poder detrás del PRI. Felipe Calderón dejó hace algunas semanas una puerta abierta a la maestra, pero la mayoría de los panistas la ven a ella y a su sindicato como ejemplos de lo peor que hay en el sistema político mexicano.
Si Elba Esther quiere continuar su carrera política tendrá que hacerlo en Nueva Alianza, ese partido que ella ayudó a nacer. Sólo que una cosa es operar en un partido que, a pesar de la derrota de 2000, sigue siendo el más importante del país, y otra muy distinta hacerlo en una organización nueva. Difícilmente esa impetuosa Elba Esther que escuchamos insultar a Madrazo tendrá la paciencia para lograr que un partido nuevo se convierta en el vehículo eficaz de sus ambiciones o sus propuestas de Gobierno.
¿Qué hará el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación? ¿Seguirá a Elba Esther a la incertidumbre de una nueva agrupación política o permanecerá dentro del PRI? Mi apuesta es que el SNTE seguirá siendo parte del PRI y que con el tiempo se distanciará de la maestra. Elba Esther no debe olvidar la experiencia de su predecesor en el SNTE. Carlos Jongitud Barrios fue el indiscutido líder del sindicato hasta que Carlos Salinas de Gortari lo sustituyó con Elba Esther. Y todas las lealtades que había hacia él se desvanecieron en unos cuantos días.
Es cierto que hoy nadie tiene en el PRI el poder del presidente en 1989. Pero los priistas saben que la única carta que les queda para regresar al poder es Madrazo. Y los dirigentes del sindicato no están ciegos ante esta realidad.
CRECE EL PIB
La economía mexicana creció 3.3 por ciento en el tercer trimestre. Fueron la actividad agropecuaria y los servicios los motores de la economía. La industria avanzó sólo 0.6 por ciento.
Correo electrónico:
sergiosarmiento@todito.com