A veces, el mejor regalo que uno puede recibir es una sonrisa o un saludo amable: Sánchez Estrada
El Siglo de Durango
Entre el vaivén de los automóviles Jesús Sánchez Estrada espera a sus clientes. El frío de la mañana no le ha impedido abandonar su hogar y sus 65 años de edad no son obstáculo para ganarse el pan diario.
Al lado de su hijo, que tiene su mismo nombre, obtiene un ingreso mediante la venta de periódicos. Gracias a esta labor, su familia ha encontrado una posibilidad de manutención, puesto que no hay muchas opciones de empleos.
Don Chuy, así es como le llama la mayoría de la gente. Oriundo de El Salto Pueblo Nuevo, platica que acaso tendría cinco años de edad cuando al lado de su parentela emigró a la capital del Estado en busca de otro estilo de vida.
Y es que en esa zona serrana su padre no encontró una labor permanente y que le permitiera solventar las necesidades básicas de sus seres queridos, por eso, abandonó su tierra llevándolos consigo.
El brazo derecho de Don Chuy presenta una malformación, conversa que es un defecto de nacimiento. Al parecer en el alumbramiento se le dislocó un hombro, daño que no fue atendido con tiempo. A eso le atribuye ese defecto físico que tampoco le ha representado un problema para luchar.
Al llegar al ayuntamiento capitalino sólo estudió hasta sexto de primaria, pues había que contribuir con algo de dinero para los gastos del hogar. A partir de allí su peregrinar por distintos trabajos inició. ?Pues vendía muchas cosas, la lotería, el periódico o lo que cayera?, señala mientras los rayos del sol comienzan a calentar poco a poco.
Cita que le dieron trabajo en el Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado (Sideapa), actualmente, Aguas del Municipio de Durango (AMD). Más de una década se desempeñó como vigilante de un tanque, hasta que en septiembre del año en curso se jubiló.
Desde hace tiempo, dos sus hijos se involucraron en la venta del periódico, otro labora en una maquiladora. Cuando Don Chuy salió de la dependencia a la que prestó su servicio se enfrentó a un panorama poco alentador. Pero también él fue invitado a participar en esta venta.
Fue así como se decidió a ganarse unos pesos extras de su pensión que apenas y alcanza los mil 600 pesos al mes. El capital que él obtiene sirve para la comida y para las necesidades de la casa, mientras tanto, los niños utilizan sus ganancias en solventar sus estudios puesto que estudian por las tardes. También las ocupan en suplir alguno que otro antojo propio de su edad.
Este hombre valora el desempeñarse como voceador, pues le ha permitido seguir activo y asimismo, que sus hijos no vean limitados sus sueños al carecer de recursos económicos. Por eso se siente contento con esta labor.
Pero no es una tarea sencilla, se requiere esfuerzo y tenacidad. Sale de su vivienda a las 5:30 de la mañana pues tiene que estar a las seis ya con el medio de comunicación impreso ofreciéndolo a los que pasen por el camino. Y el clima en muchas ocasiones es su peor enemigo.
Don Chuy quiere que sus vástagos tengan una preparación académica distinta a la que él tuvo, que tengan una visión diferente de su porvenir.
Dice que a él le hubiera gustado tener una carrera profesional, aunque en realidad, lo que más le llamaba la atención era la carpintería. Su anhelo era tener un taller propio, sin embargo, se consuela diciendo, que conoce el arte de darle forma a la madera.
Pormenores
Jesús Sánchez Estrada se desempeña como voceador y ha encontrado en esta actividad una esperanza para mantener a su familia.
-El oficio no es fácil, en ocasiones las ventas no son las deseadas.
-Tiene que soportar que las personas al verlo acercarse simplemente suban el vidrio de su carro.
-Comenta que a veces, el mejor regalo que pueden recibir es una sonrisa o un saludo amable.
-Pasa largas jornadas de pie y en invierno, la situación se pone difícil.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
