Agencias
México, DF.- El sector asegurador mexicano dispone de los recursos técnicos y económicos para concluir con sus obligaciones de pago por más de 18 mil 600 millones de pesos, derivados de las afectaciones ocasionadas por el huracán Wilma, en Cancún, Quintana Roo, en octubre pasado.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) señala en un comunicado que Wilma es el evento asegurado más costoso en la historia de América Latina, con un total de 11 mil 300 ?ubicaciones? afectadas y más de tres mil 700 automóviles siniestrados.
Refiere que el pago de los siniestros está respaldado en una proporción importante por el mercado internacional de reaseguro y por los recursos de las aseguradoras, integrados por las reservas de riesgos en curso, para riesgos hidrometeorológicos y el capital mínimo de garantía.
Asegura que la entrega de anticipos realizada por las compañías aseguradoras ha permitido iniciar las obras de reconstrucción de la infraestructura afectada en esa zona turística.
A la par del avance de las obras de reconstrucción, indica que las diversas compañías de seguros ya han pagado las indemnizaciones correspondientes a daños ocasionados a casa-habitación, automóviles y otros vinculados directamente a las familias.
Precisa que del monto total estimado para el pago de indemnizaciones, 62.5 por ciento será por daños directos a la infraestructura y a los activos, y 37.5 por ciento será indemnizado por los llamados efectos consecuenciales.
Entre estos últimos, menciona la remoción de escombros, la interrupción en el cobro de rentas, el pago de gastos adicionales para continuar con operaciones normales del negocio, por la falta de actividades comerciales o por la pérdida de utilidades, gastos fijos y salarios, dependiendo de las modalidades de contratación de cada póliza.
Subraya que los anticipos y pagos entregados por las aseguradoras ascienden a tres mil 508 millones de pesos, equivalentes a 30.2 por ciento de los daños directos ocasionados a la infraestructura y a los activos del estado de Quintana Roo.
La AMIS detalla que para operar, las aseguradoras deben conservar un ?capital mínimo de garantía? para enfrentar las posibles variaciones en siniestralidad respecto al cumplimiento de las obligaciones contraídas con el asegurado.
Así, el nivel de capital mínimo de garantía de la aseguradora depende del volumen de sus operaciones por cada ramo autorizado, entre ellos el monto de primas que emite, el grado de siniestros que tiene su cartera, sus prácticas de reaseguro y la composición de sus inversiones.
También, por efectos regulatorios, dichas compañías deben mantener invertidos los activos destinados a respaldar su capital mínimo de garantía, abunda.
La Asociación recuerda que el acuerdo publicado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en el Diario Oficial de la Federación el 11 de noviembre pasado adiciona un punto transitorio a las Reglas del Capital Mínimo de Garantía.
Este punto modifica temporalmente, durante seis meses, el porcentaje que se reconoce como afecto a capital por anticipos realizados por cuenta de reaseguradores registrados.
Con ello, dentro de los más de 20 tipos de activos computables a capital, las aseguradoras podrán otorgar un monto mayor de anticipos a sus asegurados, mientras los recursos se recuperan del mercado reasegurador, sin poner capital adicional.
Sin embargo, aclara la AMIS, este acuerdo no obliga a dar anticipos ni define sus montos, pues sólo es una medida de liquidez para apoyar a las aseguradoras. Explica que en todo siniestro de daños se requiere que el asegurado presente una carta reclamación a la compañía contratada donde detalle las pérdidas estimadas por rubro y proporcionar la documentación para la valorización de los mismos, En un siniestro de grandes magnitudes como el ocasionado por el huracán Wilma se pueden realizar valorizaciones por partidas, a fin de obtener flujos de recursos para ir reconstruyendo o reparando el conjunto de bienes afectados.
La cobertura para amparar riesgos hidrometeorológicos en México incluye en un solo paquete la ocurrencia de huracán, vientos tempestuosos, inundación, marejada, golpe de mar o tsunami, inundación por lluvia, granizo, avalancha de lodo, nevada y helada.