El Gobierno lanzó hace meses este seguro, para cubrir a todos aquellos que no tienen Seguridad Social ni por parte del IMSS ni por parte del ISSSTE. En Aguascalientes ya se logró que este nuevo seguro cubra al cien por ciento de la población de ese Estado.
El Gobierno se compromete a lograr el 100 por ciento de cobertura, para finales de 2005, al menos en seis estados de la República.
Con la reciente incorporación de los estados de Chihuahua y Durango al Seguro Popular, éste está funcionando ya en 31 de las 32 entidades de la República.
El Seguro no es una dadiva. Cada suscriptor debe pagar una póliza anual, cuyo monto se establece en una tabla, de acuerdo con los ingresos de cada quien. El Seguro cubre a todos los dependientes económicos del derechohabiente, y pagada la póliza, todos los servicios son sin costo.
El Gobierno es consciente de que en la medida en que crezca el Seguro Popular, será necesaria la edificación de nuevos centros hospitalarios y abastecer toda la estructura física necesaria para responder a las necesidades de salud de las familias que cuenten con el Seguro Popular.
Los derechohabientes podrán escoger, para atenderse, la institución de su preferencia, entre las del sistema de salud pública, incluyendo las instalaciones del IMSS y del ISSSTE.
Sólo el Distrito Federal está fuera del sistema de Seguro Popular, porque el Gobierno de la capital se niega a participar en este nuevo sistema. Las autoridades del DF, informaron, hace días, que no aplicarán el Seguro Popular por considerarlo ¡¡¡selectivo!!!... y porque condiciona a las familias a dar una cuota anual, por anticipado, para recibir los servicios médicos. Ésta parece ser más bien una postura política, que cancela la posibilidad de salud para la población más necesitada, ya que en el Distrito Federal hay miles de gentes que no tienen acceso más que a los hospitales o centros de salud de la Secretaría de Salud, con todas las consecuencias que esto comparta, ya que el presupuesto del Distrito Federal no alcanza para cubrir las necesidades médicas de toda la población.
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Hay muy buenas noticias para el campo.
Se acaba de firmar un convenio entre la Confederación Nacional Campesina ( CNC), la Central de Abastos, por una parte, y la asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) por la otra.
A partir de hoy los miembros de la ANTAD trabajan con los productores y miembros de la CNC, para abastecerse de alimentos frescos y procesados.
Se trata de hacer negocios con productos del campo, pero en un proceso en el que se uniformicen los estándares, se mejoren los empaques, se solucione la logística de transporte, haya centros de distribución y certificados sanitarios y de calidad.
El convenio involucra a más de tres millones de productores campesinos, cuarenta y cinco cadenas comerciales y mil doscientas tiendas.
Con esta alianza, los campesinos obtendrán mejores márgenes de ganancia y los consumidores podrán comprar a menor precio.
Hasta ahora la mecánica es la siguiente: como los productores no tienen asegurada la venta ni el transporte de sus productos, se ven obligados a venderlos a los intermediarios o coyotes que les pagan precios que apenas cubren los costos de producción. Los intermediarios venden las mercancías a las empresas procesadoras, a los mercados fijos, a los tianguis y a las tiendas, con precios hasta 200 por ciento superiores a los que ellos pagaron a los campesinos.
Las empresas procesadoras transforman los productos primarios. Estas empresas seleccionan, empacan y presentan los productos, dándoles un valor agregado que incrementa el precio.
Las empresas procesadoras venden la mercancía a los proveedores, que a su vez la venden a las tiendas, supermercados y centros comerciales.
Es una cadena en la que cada eslabón tiene su ganancia. Los perdedores son los campesinos, por una parte, al tener que vender a precios muy castigados y el consumidor final que tiene que soportar las ganancias de toda la cadena.
El nuevo acuerdo cambia radicalmente el sistema. La ANTAD se compromete a ayudar a los campesinos para que se vayan haciendo capaces de modernizar todo el sistema. Que sean ellos mismos los que seleccionen, empaquen, certifiquen la calidad de los productos, solucionen el problema del transporte y entreguen directamente a los centros comerciales.
La ANTAD compra anualmente más de dos mil millones de dólares de frutas y hortalizas nacionales, amen de las gramíneas. Arroz, fríjol, maíz, etc. La compra directa a los campesinos significa una mejoría económica importante para muchísimos trabajadores del campo.
La CNA está ya trabajando con las tiendas para conocer sus demandas de mercado, para que se conozca la capacidad de producción y la capacidad de control de calidad, para comenzar a firmar contratos que beneficien al agricultor y que las tiendas compren a mejores precios. También dará capacitación para cubrir las demandas de las tiendas y para agilizar los contratos.
Ya también se está estudiando el sistema financiero. Las tiendas trabajan con el Gobierno a través de la Financiera Rural, para que sea este organismo el que pague de inmediato a los productores, y después la Financiera recuperar el dinero con la tienda en el tiempo establecido en los contratos.
La Financiera puede también financiar a los agricultores durante la época de producción, y una vez realizada la venta descontar las facturas.