Finalmente parece que Andrés Manuel López Obrador y Vicente Fox dejarán descansar a la ciudadanía de sus declaraciones encontradas. Donde el “debate de ideas” quedaba reducido a descalificaciones que poco o nada aportaban al desarrollo del país.
Más de dos años los mexicanos fueron testigos de descréditos entre los principales protagonistas de la vida política, quienes se olvidaron de su función de gobernar para enfrascarse en una confrontación que adelantó la sucesión presidencial.
El pasado jueves, Rubén Aguilar, vocero de Los Pinos, anunció que el tema estaba agotado. A esto el jefe de Gobierno respondió que dudaba del anuncio, nuevamente la confrontación.
Los empresarios ya se pronunciaron a favor de esta tregua. José Luis Barraza, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, declaró que por fin el presidente escuchó la voz de la ciudadanía de que no se siguiera avivando la confrontación política estéril, que no beneficia en nada al país. Por su parte, Raúl Alejandro Padilla, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), manifestó también su beneplácito por el fin de las confrontaciones, lo que motivará a mejorar el ambiente “tenso de acusaciones y descalificaciones” para establecer un diálogo constructivo.
Alberto Núñez Esteva, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), va más allá y afirma que lo mejor que pudo hacer Vicente Fox, fue bajarse del “ring político”. Para los dirigentes empresariales esta nueva postura del Gobierno servirá para tranquilizar los mercados financieros y creará una mayor certidumbre política.
Ahora sólo resta esperar que ambos cumplan su promesa y las descalificaciones sean sustituidas por los temas nacionales, que en verdad importan a la población.