El delicioso manjar se hace presente en la celebración del Día de la Candelaria
AGENCIAS
MÉXICO, DF.- Sirva la presente invitación a la tradicional Feria del Tamal, como un acto en contra de los abrumadores infomerciales que promueven la adquisición de productos para bajar de peso y que hacen un llamado a evitar cualquier alimento sospechoso que atente contra las buenas figuras.
Para aquellas personas que gustan de los placeres culinarios sin sentimientos de culpa, la expo-venta El Tamal le Dijo a la Olla... la Fiesta del Tamal, es una buena ocasión para discutir de acuerdo a lo degustado en cada puesto de tamales, sobre aquello que alguna vez dijo el investigador michoacano Raúl Mejía, con relación a la comida brava:
“Al igual que en el futbol, la religión, la política o las mujeres, el tema de las fritangas -en este caso los tamales- a nadie deja conforme. Éste es un tema polémico y tratándose de ello, todo el mundo tiene su mezquita, su Atlántida”.
MÉXICO, PAÍS TAMALERO POR TRADICIÓN
Tamal o tamalli es una palabra náhuatl que significa envuelto cuidadoso, y se refiere a un alimento que además de aportar a nuestra cultura nacional varios siglos de conocimientos provenientes de las culturas indígenas mesoamericanas, es una delicia que disfrutan todos los grupos sociales en México sin importar raza, religión o condición social.
En homenaje a esta gran suculencia, el Museo Nacional de Culturas Populares ha preparado dicha expo-venta que se realiza desde el 28 de enero y hasta al dos de febrero en el patio central de ese recinto, donde se efectúan diversas actividades con el propósito de valorar, preservar y difundir este exquisito platillo que es base importante de la gastronomía nacional.
En Historia General de las Cosas de Nueva España, Fray Bernardino de Sahagún ubicó al tamal como una parte importante en las ofrendas a los dioses, ya que se degustaba cada diez celebraciones de su calendario ritual.
Cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, encontraron que los pueblos originarios celebraban la fiesta de los tlaloques en honor al dios de la lluvia con el propósito de iniciar el ciclo agrícola. Esta ceremonia coincidía con el dos de febrero o Día de la Candelaria, festividad que conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén, fiesta que empezó a celebrarse desde el siglo IV en esa ciudad donde se extendió a las naciones del Medio Oriente.
Posteriormente, en Roma se efectuaron procesiones cantadas como parte del ritual y para el siglo IX, la fiesta se enriqueció con la bendición de las velas o candelas, de donde se deriva el nombre de esta festividad.
ALGO DE TAXONOMÍA TAMALERIL
En nuestro país es toda una tradición celebrar el Día de la Candelaria con la elaboración y degustación de tamales que alcanzan una gran variedad: los hay de calabaza, rajas con queso, haba, papa, fríjol, chile y dulce; incluso se les distingue por su color: rojos y verdes; hay de frutas: piña, capulín, ciruela, chabacano, tejocote, pitahaya; también de charales o carpa, hongos, chipilín y mole negro y amarillo con carne de cerdo y pollo.
Hay tamales que llevan nombres regionales. Así, la taxonomía del tamal es tan amplia que va de los uchepos y corundas michoacanas, los oaxaqueños, los papantlecos y rancheros hasta los veracruzanos, chiapanecos, costeños, norteños, campesinos y tamaulipecos, entre muchos otros.
Varios países latinoamericanos comparten con México esta gran tradición. En Bolivia se les conoce como humintas de elote, en Ecuador, Perú y Venezuela como hayaca, en Chile como humita, y en los países centroamericanos y Colombia, como tamal: de esta última nación el más famoso es el afrodisíaco.
El seis de enero, día en que se celebra la Epífanía, las familias mexicanas se reúnen para partir la tradicional Rosca de Reyes. Quien encuentre el muñequito que simboliza al Niño Dios será el responsable de proveer los tamales el Día de la Candelaria.
En esta fecha concluye el periodo de Adviento del año litúrgico en la iglesia católica y se conmemora la presentación del Niño Jesús en el Templo, así como la Purificación de la Virgen María. Por ello, se “viste al Niño Dios” con el traje de un santo patrono y se le devuelve a la comadre y dueña de la imagen. En todas las tamaladas es riguroso el acompañamiento de este manjar con chocolate espumoso y atole de diversos sabores.
En la expo-venta El Tamal le Dijo a la Olla... la Fiesta del Tamal participarán 22 creadores migrantes que viven en la Ciudad de México, quienes mostrarán las diferentes recetas de la cocina regional de este alimento. La cita es en el Museo Nacional de Culturas Populares, del 28 de enero al 2 de febrero de 10:00 a 20:00 horas.
