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El TIM, una historia tras bambalinas

El Teatro Isauro Martínez fue fundado el siete de marzo de 1930.

INAUGURACIÓN| EL SIETE DE MARZO DE 1930 ABRIÓ POR PIMERA VEZ SU TELÓN

El Teatro Isauro Martínez festejará el 75 aniversario de su fundación.

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- La ciudad que se enorgullece de sus monumentos artísticos y teatros, sobretodo, da una clarísima idea de la grandeza espiritual de sus moradores, solía decir don Isauro Martínez.

Y hoy, Torreón puede sentirse orgullosa especialmente de uno de ellos: el Teatro Isauro Martínez, que luego de ver pasar 75 años y muchos otros recintos de su tipo, se mantiene firme e imponente como uno de los más bellos del país.

Hombre de espectáculos, don Isauro no pudo dejar mejor legado que el majestuoso edificio de la avenida Matamoros, que ha albergado lo mismo óperas, zarzuelas, sinfónicas, recitales de piano, cantantes populares, coros, ballet, danza contemporánea, teatro de revista y hasta comercial, que informes presidenciales, discursos políticos, coronaciones de reinas, concursos, graduaciones, subastas de arte, presentaciones de libros, conferencias y hasta funciones cinematográficas.

El sueño de este hombre visionario que, aunque de origen zacatecano, fue ante todo lagunero de corazón, se cristalizó el siete de marzo de 1930. Pero la aventura, había comenzado unos años antes.

La esquina de Matamoros y Acuña ya veía venir un gran porvenir, cuando el diez de diciembre de 1912 don Isauro junto a sus socios, Francisco J. Lozano y Ciro Meléndez, compraron un terreno al doctor Foster para construir un teatro. Sin embargo, este primer proyecto no se cristalizó y ahora este sitio es ocupado por El Siglo de Torreón, quien no sólo ha seguido de cerca la historia del teatro Martínez, sino que ha formado parte de ella, como uno de sus principales patrocinadores y promotores.

Más adelante, en 1917, los tres amigos adquirieron una fracción de la manzana 111 del plano primitivo de la ciudad con los mismos fines, pero al cabo de un año y después de haber creado el Cine Imperio, disolvieron la sociedad y repartieron el terreno en partes iguales. Fue entonces que don Isauro pudo explotar el cine y pronto acumuló ganancias tanto de éste como de la Carpa Pathé (su primera incursión en el negocio de los espectáculos) para empezar a construir su sueño. Pero, todavía faltaba mucho para el teatro Martínez.

En 1918 consiguió una concesión para construir el Princesa, el primer teatro en forma construido en Torreón y el segundo de la Comarca Lagunera después del Unión, en la esquina de Morelos y Valdés Carrillo. Al año siguiente fue inaugurado.

Para 1923, y dada la necesidad de una sala con mayor capacidad y mayores comodidades, don Isauro rentó un local en Múzquiz y Morelos y ahí estableció el Teatro Cine Royal. En 1924 ya era socio de otros teatros como el Victoria e Imperio de Durango, y el Obrero de San Pedro.

En pleno auge de su compañía cinematográfica, que exhibía los estrenos de las más destacadas películas de aquella época en cada uno de las salas del circuito, el 22 de febrero de 1927 las llamas acabaron con el Cine Imperio y fueron la señal que don Isauro esperaba para empezar de una vez por todas con su magna obra, en la que de entrada invirtió cien mil pesos.

La concesión para construir un teatro en el lugar preciso en el que se hallaba el Cine Imperio llegó en diciembre de ese mismo año, de parte del gobernador del Estado, el general Manuel López Treviño. Por su parte el entonces presidente municipal, Nazario Ortiz Garza, fue uno de los grandes promotores del naciente proyecto.

Supervisada personalmente por el mismo don Isauro, quien cabe mencionar no descuidaba sus otros proyectos, la obra comenzó a edificarse el primero de febrero de 1928. A medida que avanzaba la construcción, la expectación de la población crecía vía los medios de comunicación, que empezaron a titular la inauguración como “el máximo acontecimiento del año”.

Y el día esperado llegó. Desde la mañana del siete de marzo de 1930 se sentía la agitación de la que sería una gran noche. Dos días antes habían llegado Alfonso Esparza Oteo y Guty Cárdenas, quienes formarían parte del programa inaugural.

En punto de las 8:45 de la noche el Teatro Isauro Martínez abrió por primera vez su telón y se escucharon los primeros acordes de la orquesta. Y la crónica periodística al día siguiente no se hizo esperar.

“Desde anoche, la Perla de La Laguna puede enorgullecerse por contar con el teatro más bello de la República (...). A la hora anunciada en los programas, las 8:45, la sala estaba rebosante de espectadores, bellas mujeres lucían sus trajes y su portura en palcos y lunetas y de la galería bajaba un rumor que por momentos ensordecía; afuera del teatro, otra multitud admiraba la fachada y a los que llegaban con un poco de retraso, y cuando el público ya estaba admirando con todo su esplendor la magnífica decoración del coliseo y se encontraba encantado, descubrióse el escenario...”.

El programa había sido de primera: al inicio la Orquesta Sinfónica de Torreón, compuesta por 50 elementos bajo la dirección del maestro Refugio Aguilar, ejecutó una pieza; después el gobernador Nazario Ortiz Garza hizo la declaratoria inaugural, seguido del discurso oficial a cargo del doctor Alberto Madrid.

Luego de la presentación de quienes habían formado parte de la construcción, salieron al escenario los cuadros artísticos a cargo de Alfonso Esparza Oteo, Leobardo González y Francisco Salinas.

El plato fuerte se reservó para la segunda parte con la obra ¿Quién te Quiere a ti?, comedia cargo de la compañía de Manuel Tamez, en la que actuaba como primera actriz Maruja Griffel.

Este programa apenas marcaba el inicio, porque el Isauro se convirtió poco a poco en parte de la vida cultural, social y política de la región, a grado tal que se podría reconstruir la biografía de la Comarca Lagunera a través de los eventos que ha albergado.

No obstante de vivir décadas de gloria luego de su inauguración, el Teatro Isauro Martínez permaneció varios años en el olvido, hasta que fue rescatado por un grupo de entusiastas laguneros, pero esa historia será parte de otra página el día de mañana.

*Con información del libro El Teatro Isauro Martínez: Su Historia y Avatares, editado con motivo del 75 aniversario.

Una vida dedicada al espectáculo

Isauro Martínez arribó en 1898 a la entonces Villa del Torreón a la edad de 22 años, con su esposa Juana Ibarra y un bebé en camino.

Tuvo que abandonar la Hacienda del Mezquite, en Zacatecas, junto a su numerosa familia, cuando murió su padre, quien administraba aquellas tierras pertenecientes al conde español Diego Rul.

Tomó pues el ferrocarril en busca de un mejor futuro en la famosa Villa y lo encontró. Para 1906 emprendió su primera empresa, en la que junto a su socio, Francisco J. Lozano, se dedicaba a la compra-venta de terrenos rústicos, urbanos y suburbanos y en general.

Pero como la situación se tornó difícil por el momento revolucionario que se vivía decidieron crear la Compañía Cinematográfica de Torreón, que tenía como objetivo explotar toda clase de espectáculos dentro y fuera del país y construir teatros, esta vez con el apoyo de un tercer socio: Ciro Meléndez.

La Carpa Pathé fue uno de sus primeros logros, en la que pese al gusto de don Isauro por los espectáculos artísticos y debido a los continuos enfrentamientos revolucionarios, la mayoría de las veces fungía como cine que proyectaba rudimentarias cintas.

Al tiempo que su carrera como empresario de espectáculos crecía, lo hacía también su familia, que antes de vender la Carpa llegó a los diez hijos y formó su hogar en la casa que hoy ocupa el Archivo Histórico Eduardo Guerra.

Para él, los foros teatrales no podían ser vistos como un negocio cualquiera, estaba convencido de que constituían “fuentes de educación que siguen en importancia a las escuelas y la prensa”.

Pero el ocaso de su carrera en los espectáculos llegó casi a la par del surgimiento de la Época de Oro del cine mexicano, cuando llegaron los grandes consorcios cinematográficas a la región que pronto captaron la atención del público, y terminaron por “comerse al pez más chico”.

Don Isauro terminó por vender el teatro a la compañía de William Jenkins, situación que hizo mella en su salud y pesar de su fortalece de carácter, falleció el 15 de febrero de 1956 a los 80 años de edad. De la capilla doliente lo llevaron a que estuviera frente al teatro, y ahí el cortejo se detuvo unos momentos para rendirle un homenaje.

Pero para muchos, el alma de don Isauro sigue en el teatro que construyó, lo han visto tras bambalinas, entre las pinturas de Tarazona o sentado en alguna butaca, pensando quizá que algún día el Martínez volverá a brillar como aquel siete de marzo de 1930.

La publicidad

Pronto la prensa empezó a informar sobre los pormenores de la obra que bautizaron como el Nuevo Imperio. El Siglo de Torreón publicaba cómo sería el inmueble:

-La iluminación con juegos de luces indirectas para dar tonos a la sala.

-Dos pasillos amplios colocados en los lados, bajo los palcos de primera y las graderías, para la salida de los espectadores de las diversas localidades.

-Un vestíbulo, amplio así como el fouyer.

-El lunetario en dos pisos y palcos de primera, que desempeñarán un gran papel, pues oprimen la monotonía de las paredes altas, lisas.

-El mobiliario de luneta ha sido encargado a la casa F. Stafford and Co. De Chicago.

-En el coliseo habría doble piso para galerías.

-El foro sería notable debido a su medición: 14 metros.

-Se planeaban 18 camerinos, dos de ellos montados a todo lujo para las estrellas de las compañías teatrales.

-Bajo el foro se abriría un sótano para colocar la maquinaria especial para refrigeración y calefacción del teatro.

-Se hacía especial énfasis en la seguridad de la armazón de fierro debido a la altura del teatro, completamente inusitada en la región.

-Una parte vital de la instalación eléctrica era el vitaphone, aparato que permitiría escuchar el nuevo cine hablado.

-Los decorados estarían bajo la mano de Salvador Tarazona, pintor valenciano quien junto a su hermano Fernando se desempeñaba como escenográfo en diversos teatros de México.

Apuntes históricos

El Teatro Isauro Martínez fue creado gracias al sueño de un hombre que, aunque oriundo de Zacatecas, sentía un profundo amor por La Laguna y el arte: don Isauro Martínez.

-Los trabajos de construcción iniciaron el primero de febrero de 1928 y concluyeron el siete de marzo de 1930, fecha en que fue formalmente inaugurado.

-Para la decoración, realizada por el pintor Salvador Tarazona, se acordó emplear un estilo oriental, “porque todo lo que venga de aquellos lejanos países y todavía más, de aquellos pretéritos pueblos, ejerce sobre los occidentales y principalmente en estos países jóvenes de América, una influencia fascinadora que atrae, que deleita, que impulsa a la imaginación...”.

-Ésas fueron las palabras de don Isauro y así quedó para siempre plasmado su deseo, en esta obra arquitectónica que ha trascendido en el tiempo y el espacio.

-A la muerte de su fundador, el teatro fue comprado por la Cámara Nacional de Cines, perdió categoría y se sumió en la decadencia como cine de segunda.

-Sin embargo, un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C) evitó que el edificio fuera demolido.

-Después de numerosas diligencias y de una exitosa reunión con el entonces presidente de la República, acordaron que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) comprara el edificio y que un grupo representativo de habitantes de la Comarca Lagunera, fuera el encargado de recaudar fondos para la restauración y para ponerlo nuevamente en funcionamiento.

-El trabajo de restauración de las pinturas murales y la decoración, originales de Tarazona, fue realizado meticulosamente por un equipo de trabajo encabezado por el pintor lagunero José Méndez (f).

-Finalmente, el Teatro Isauro Martínez abrió de nuevo sus puertas al público en septiembre de 1982, y desde entonces ha sido recinto de selectas actividades dramáticas, conciertos, baile, exposiciones pictóricas y fotográficas, lectura de obras literarias, talleres artísticos y demás.

El equipo

El siete de marzo detrás del escenario, estaban con la emoción contenida en la ceremonia inaugural del Teatro Isauro Martínez, todos esos personajes que pusieron su granito de arena para su construcción:

-Abel Blas Cortina de Coyote, Coahuila: Encargado del proyecto arquitectónico.

-Manuel Covarrubias, de Gómez Palacio, Durango: Quien había prestado sus servicios para la estructura.

-José A. Berumen, responsable de las más de dos mil 200 lámparas distribuidas en el teatro.

-Maestro Reyes Téllez: El carpintero.

-Los hermanos Mares: Modelistas encargados del ornato en yeso.

-Salvador Tarazona y su ayudante, Andrés Domínguez: Encargados de la decoración.

FUENTE: TIM

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